“Él se descompuso y mi sobrino le avisó a mi hermano”, dijo Silvia Pierotti pasadas las 20 horas del domingo 8 de junio. Es la hija de Eulogio Rafael Martínez, el hombre que falleció en horas del mediodía y cuyo cuerpo aún no fue trasladado.
En la vivienda en la que moraba junto a otros familiares, están esperando los resultados de la charla que mantuvieron con un agente municipal, que les informó que se harían cargo del pago del cajón y una parcela en el cementerio local, pero nadie supo explicarles cómo trasladar el cuerpo aún sin que esté previsto su despedida en una casa velatoria.
Pierotti relató que cuando su hermano llegó al domicilio, llamó a la ambulancia y al llegar le dijeron que “no lo podían llevar porque ya estaba muerto”. La policía llegó al lugar, pero al tratarse de “una muerte natural” tampoco ellos podían hacer nada.
“Recién fui a la Comisaría, pero no pueden hacer nada”, dijo la mujer a La Opinión & Sin Galera. Llamó para pedir ayuda. Respecto al certificado de defunción que debe ser labrado de manera inmediata a excepción de lo que disponga una resolución judicial, indicó ”no entiendo nada, me dicen que se lo van a dar cuando lo lleven”. Una situación que no se corresponde con los trámites que se deben cumplir, aún en casos de muerte súbita, como se informó en este caso.
Este medio recurrió a distintos contactos y en todos los casos la respuesta fue que la familia debía conseguir los recursos para trasladar los restos de Eulogio, pero en la cochería que habitualmente contrata el municipio para cubrir el sepelio de personas indigentes, tampoco accedieron a buscarlo, a diferencia de otras situaciones en las que al menos llegó una unidad de traslado para llevar los restos al depósito del cementerio municipal.