Las protestas en Los Ángeles continúan por tercer día consecutivo tras las redadas migratorias encabezadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), operativos durante los cuales se detuvo hasta ahora a 118 personas. La jornada estuvo marcada por un clima de creciente tensión y un duro cruce de acusaciones entre la administración federal y las autoridades demócratas de California.

Durante la primera jornada de protestas, unas 200 personas se congregaron frente al Metropolitan Detention Center. La manifestación fue disuelta por agentes del ICE y de la Policía de Los Ángeles (LAPD) con gases lacrimógenos, balas de goma y granadas aturdidoras, luego de que manifestantes lanzaran bloques de cemento y botellas. La protesta fue declarada ilegal y hubo detenciones en el lugar. Entre ellas la de David Huerta, el líder del Sindicato Internacional de Empleados de Servicios en California (SEIU, por sus siglas en inglés).
El sábado, las protestas se extendieron a zonas como Compton y Paramount. Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), más de 1.000 personas participaron de las movilizaciones. Hubo enfrentamientos frontales con las fuerzas federales y locales, que respondieron con dispositivos de dispersión. Tres manifestantes resultaron heridos, junto con seis agentes. También se registraron incidentes con periodistas: al menos dos comunicadores —una reportera australiana y un camarógrafo británico— fueron alcanzados por munición no letal.

En respuesta a la creciente tensión, el presidente Donald Trump ordenó el despliegue de hasta 2.000 efectivos de la Guardia Nacional, de los cuales 300 ya fueron distribuidos en puntos estratégicos del centro de la ciudad. Además, 500 marines permanecen en estado de alerta. La medida fue repudiada por el gobernador de California, Gavin Newsom, quien denunció una violación a la soberanía estatal y anunció que presentará una demanda judicial contra la Casa Blanca. También la alcaldesa Karen Bass cuestionó la militarización.
El domingo por la noche se registraron los episodios más graves hasta el momento. Un grupo de manifestantes bloqueó parcialmente la autopista 101 y prendió fuego al menos cinco vehículos autónomos de la empresa Waymo. Hubo destrozos en locales comerciales y enfrentamientos con las tropas desplegadas en el centro. En total, las autoridades confirmaron 56 arrestos en Los Ángeles y otros 60 en San Francisco.

Mientras crece la tensión política y judicial, organizaciones civiles convocan nuevas concentraciones para este lunes. El conflicto, que ya genera comparaciones con intervenciones federales históricas como la de Selma en 1965, abre un nuevo capítulo de confrontación entre California y el gobierno federal por la política migratoria.
Con información de Associated Press