El grupo de sampedrinos que conforman “Patrimonio Verde” trabaja intensamente en la investigación del origen de las plantas de naranjos amargos que embellecen algunas calles de la ciudad y resultan atractivos para quienes nos visitan.
Traídas a nuestros días por la inquietud de quienes quieren saber siempre un poco más, surgen varias historias que han romantizado la permanencia de estos ejemplares bastante maltratados por el tiempo y el descuido.
El aroma de azahares en primavera reivindican su existencia y convierten esas calles pueblerinas en un paseo único y relajante. Sus frutos no son una fresca delicia para consumir directo del árbol a la mesa, pero en manos expertas se transforman en exquisitas mermeladas de invierno.
Los reclamos de quienes deben juntar los frutos que caen a las veredas y las calles, trabajo que, cuando aún tenía actividad una empresa de fabricación de dulces, realizaba su personal para aprovecharlo.
Los naranjos amargos de las calles merecen su QR y en eso ocupan su tarea los integrantes del grupo “Patrimonio Verde”.
El Ingeniero Osvaldo Valenzuela, informó a La Opinión que posiblemente para la próxima primavera estos árboles tan característicos podrían contar con su QR informativo, tal como ha sucedido con el retoño del Pino de San Lorenzo o las Tipas de la Plaza Constitución.
Antes de finalizar este año el grupo instalará su QR al bosquecito de nativas del Paseo Público Municipal N° 1, un grupo de ejemplares autóctonos que se van recuperando y plantando para que las especies no se pierdan y preserven nuestro humedal.