Kathy Martínez, la joven trans que fue trasladada a Rosario tras sufrir fracturas en el maxilar y edemas subdurales que se investiga si fueron provocados por una brutal golpiza, será dada de alta.
Mariela Lugo, su madre, informó a La Opinión, que este martes la vio en la sala de terapia intensiva del Hospital Italiano de Rosario, donde permanece internada, y que su evolución es muy buena.
“Está bien, con mucho sueño. Por suerte ya no se queja del dolor“, dijo Lugo y confirmó que finalmente, “el especialista facial dijo que no la van a operar, le van a hacer un tratamiento” para que suelde el hueso fracturado.
Durante el transcurso de este martes Kathy pasará a sala común de internación y tras 24 horas en observación le darán el alta, indicó la madre. El 23 de junio deberán volver a Rosario para comenzar el tratamiento.
“Eso va a tardar como un año, me dijeron. Pero yo lo que quiero es que la internen en un lugar de rehabilitación por sus adicciones”, dijo y agregó: “Hablé con ella, le pedí que baje un cambio. Que mire dónde estamos. Esto fue un milagro, gracias a Dios. El viernes cuando entré a terapia pensé que se moría“.
“Le dije que apenas le den el ok para que pueda ir a una granja para rehabilitación, se ponga las pilas. No puede seguir así”, señaló Lugo respecto de la situación de adicciones que atraviesa su hija.
Mientras tanto, en Fiscalía la causa no avanzó demasiado. Katherine Martínez fue trasladada el jueves por la noche desde Mitre y Juan B. Justo. La ambulancia la levantó de la vereda del supermercado ubicado en esa esquina, donde había entrado con intención de robar bebidas alcohólicas.
La familia de Kathy asegura que hay testigos que señalaron que fue golpeada por una persona del comercio que detectó sus intenciones ilícitas. La policía en función judicial, auxiliar de la Justicia en las investigaciones, no había recibido hasta el momento ninguna indicación de Fiscalía.
Martínez tiene problemas de salud mental derivados de sus adicciones. Fue protagonistas de delitos de robos menores en incontables oportunidades. La familia considera que ahora que la madre pudo ponerla bajo su protección en Pami tendrá mayores posibilidades de internarla para rehabilitación.
