El monóxido de carbono se genera por la combustión incompleta de gas natural y otros productos que contienen carbono. No tiene olor, color ni sabor. Y por eso es tan peligroso: no se percibe, no se siente, no da aviso. Ataca en silencio, mientras las personas duermen o realizan sus actividades cotidianas sin sospechar que su vida está en riesgo.
Los síntomas que produce la inhalación de monóxido van desde el dolor de cabeza, náuseas o vómitos, alteración visual, letargo o confusión, pérdida de conocimiento y convulsiones.
Por eso, MetroGAS, la mayor distribuidora de gas del país, con más de 2.500.000 clientes en la Ciudad Autónoma de la Buenos Aires y 11 partidos del sur del conurbano, lanzó las siete recomendaciones claves para prevenir posibles inconvenientes.
Revisá tus artefactos a gas y la ventilación al menos una vez al año con un gasista matriculado.
2.- Observá la llama: siempre debe ser azul y pareja. Si es anaranjada o amarilla, hay un problema.
3.- No uses artefactos para lo que no fueron diseñados. Por ejemplo, nunca seques ropa en una estufa ni uses el horno como calefacción.
4.- Conocé los síntomas de intoxicación para poder actuar a tiempo.
5.- Instalá solo artefactos de tiro balanceado o cámara cerrada en baños y dormitorios.
6.- Asegurá la ventilación permanente: no tapes las rejillas y verificá que estén en buen estado.
7.- Si algo funciona mal, apagalo de inmediato y contactá a un profesional habilitado.