
Al finalizar la guerra por las Islas Malvinas, en 1982, el buque británico “Canberra” transportó hacia el continente a un gran número de soldados argentinos tomados como prisioneros.
La llegada de los prisioneros a Puerto Madryn fue un momento emotivo, con personas ofreciéndoles comida, refugio y ayuda para contactar a sus familias. Entre los más de 4.000 jóvenes soldados había un sampedrino: Domingo “Mingo” Novaro.
Hace algunas semanas, fotografías inéditas de los excombatientes que viajaron en el buque fueron publicadas en redes sociales y en ese marco este sábado, el veterano de Malvinas visitó el estudio de Sin Galera para hablar sobre las sensaciones al ver las fotos, 43 años después.
Además, a la entrevista se sumó, a través de una comunicación telefónica, Oscar Martínez Conti, otro veterano que se desempeñaba como jefe de brigada de Artilleros y que también viajó en el buque británico.
Ambos coincidieron en la misma embarcación como prisioneros de guerra, pero aseguraron que no se cruzaron durante la travesía.
Mingo Novaro estuvo en el estudio de Sin Galera.
En una de las imágenes fotográficas se puede ver a Mingo sentado a la mesa, después de haber recibido una ducha caliente. “Tengo en el cuello la descripción del camarote y mis datos, todo ahí” manifestó Novaro al ver la foto.
El sampedrino, que entonces tenía 20 años, comentó que se enteró recientemente de una fotografía tomada el 17 de junio de 1982 —dos días antes del desembarco en Puerto Madryn— gracias a las redes sociales.
Novaro en primer plano sobre la izquierda de la fotografía.
En esa imagen aparecen él y otros soldados, aunque no sabe quiénes eran los que lo acompañaban. “No conocía a nadie de los que estaban en la foto”, comentó pero si detalla que fue uno de los primeros en subir al Canberra.
Martínez Conti, correntino, que con 24 años en ese momento, aseguró que nunca había visto una imagen de su paso por el buque y que ver aquellas fotos fue “un déjà vu”.
Ambos relataron una experiencia de camaradería inesperada con los guardias británicos. Novaro recordó que les daban comida completa, cigarrillos e incluso postre. Aunque él no fumaba, aún conserva siete cigarrillos de aquella época.
“El mayor tiempo lo pasábamos en el camarote”, explicó, donde compartía espacio con un misionero, un correntino y un chaqueño. Casi no conoció el barco. “Era inmenso”, describió.
4.000 soldados argentinos viajaron en el Canberra.
Martínez Conti coincidió en esa sensación de encierro: “El reloj no pasaba nunca. jugábamos a las cartas para matar el tiempo”. La incertidumbre era constante. “No sabíamos cómo iba a terminar la historia”, dijo.
Tardaron entre tres y cuatro días en llegar. Desde un ojo de buey, llegó a ver un barco argentino, y esa fue la primera señal concreta de que regresaban a casa. “Sabíamos que estábamos escoltados por dos barcos argentinos. Eso nos dio un poco de tranquilidad.”
Novaro recuerda con emoción el 19 de junio de 1982: “Fue un recibimiento de todo el pueblo. Nos recibieron como nos merecíamos”.
Martínez Conti se sumó a la charla con Mingo Novaro en Sin Galera.
Ambos coinciden en que es poco conocida la historia del Canberra y el regreso de los soldados. Novaro, granadero en ese momento, subrayó: “Es muy poco conocido el tema de los granaderos”.
Hoy, más de cuatro décadas después, la memoria sigue viva en sus palabras. Son historias de guerra, sí, pero también de humanidad, camaradería y esperanza.
El SS Canberra, inicialmente había sido un transatlántico utilizado para trasladar tropas británicas a la zona insular y luego se transformó en un barco de repatriación para los soldados argentinos capturados tras el cese del fuego.
Más de 4.000 jóvenes soldados argentinos fueron embarcados, asistidos en salud, comida e higiene y trasladados a la ciudad de Puerto Madryn un 19 de junio de 1982, 43 años atrás.