Detrás de ese personaje hosco, casi de villano que hace en MasterChef, Germán Martitegui es un tipo amable y muy sereno al hablar. Cuida el resultado de su labor al detalle y, además, le encanta manejar.
En charla con Clarín, el reconocido cocinero repasó su relación con el mundo del automóvil, desde sus primeros pasos como conductor a bordo de una pickup SIAM Argenta de su abuelo, hasta el valor que tiene hoy la tecnología puesta en función de la seguridad cuando viaja con sus hijos.
Martitegui actualmente gerencia su restorán Marti y le adelantó a este medio que volverá a abrir Tegui, en octubre, el lugar que lo catapultó como cocinero conocido y que cerró en 2021. También continúa con la serie Proyecto Tierras, que en noviembre y diciembre tendrá su quinta temporada.
Oriundo de Necochea, el chef recuerda que fue allí donde comenzó a manejar desde es muy pequeño: “No sé si es legal decirlo”, aclaró. “Fue a los 11 o 12, en el campo”.
Actualmente maneja un 4×4 y reconoce que antes era de los que criticaba y decía “¿Para qué querés un 4×4 en la ciudad?”. Pero una experiencia de manejo en una ruta bloqueada por nieve y con sus hijos adentro le hizo cambiar de parecer por completo.
“Pasó por nieve y barro y se ganó mi corazón”

Martitegui reconoció que al principio no le resultó fácil aprender a manejar con su abuelo como maestro y una SIAM Argenta de color celeste como vehículo. “Él tenía un Dodge Polara, pero ese no me lo prestaba. Pero después un tío me empezó a prestar un 2CV con el que era más fácil”.
-¿Que otro auto recordás de tu juventud?
-Me acuerdo que cuando se presento el Ford Taunus fue todo un acontecimiento. Yo estaba empezando el secundario. Y el esposo de mi mamá se compró una cupé. Era tremenda. Pero no me la prestaba, era bastante quisquilloso con los autos. Pero fue un auto que me voló la cabeza.
-¿A qué edad sacaste tu primera licencia de conducir?
-A los 18. Fue un examen bastante fácil.
-¿Cuál fue tu primer auto?
-El primer auto mío, mío, que me lo compré yo fue un Fiat Palio. Lo compré 0 km en cuotas. Fue un salto, porque hasta ahí me movía con una Vespa: ya trabajaba con Francis Mallmann, que tenía tres restoranes y era la mejor manera de moverme.
Video
Germán Martitegui y su 4×4
-Hoy manejo un Ford Bronco Sport. Hasta ahora había manejado siempre autos y era bastante crítico de los que tenían una camioneta o un 4×4. ¿Para qué querés un 4×4 en la ciudad? Pero el Bronco me cambió esa visión.
-Por un lado tenés todas las comodidades de un auto adentro. Y hubo una vez que viajamos con los chicos a ver los pingüinos a Chubut. Había un metro de nieve en la ruta y 100 camiones parados. Le pregunto a un camionero si creía que podríamos pasar por la banquina que estaba llena de barro y me dice “no, flaco. Con eso no pasás”.
-Y yo tenía los dos chicos atrás, me dijeron que iban a tardar más de 24 horas en limpiar la ruta y me quedan dos galletitas. Así que puse en modo Lodo, que nunca lo había usado, y pasé 40 camioneros por la banquisa que me miraban todos con la boca abierta. Me encontré después con unos amigos para ir a un campo. Ellos tenían un Land Rover y también dudaban si iba a poder pasar con el Bronco: pasamos por nieve, barro, cruzando con agua arriba capó… y ahí sé ganó mi corazón. Creo que no lo cambio más.

-¿Te gusta salir a la ruta? ¿Cómo sos manejando?
-Sí, me gusta mucho. Y eso también me gusta del Bronco es que podés ir rápido y vas seguro. Al tener tanta tecnología te da mucha seguridad también. Pero yo no soy suicida. Si voy en un auto medio choto voy despacio, no tengo ningún problema. Esos que por ahí alquilás y no sabés cómo está. Pero si tengo un auto que sé que responde, me encanta ir rápido.
-¿Qué cosas no pueden faltar en el auto de Germán Martitegui?
-El termo y el mate, que hoy entran perfecto entre los asientos de adelante, así que es una razón más por la que no cambiaría nunca el Ford Bronco. Y también tiene que tener muy buen equipo de sonido. Y tiene que tener buena reacción, no por una cuestión de velocidad, para pasar autos, por ejemplo. Yo tengo dos chicos de 6 años y para mi es fundamental que mi familia esté segura.
-¿Adentro del auto se come o no?
-Sí, sí. Se come. No hay problema.
-¿Alguna vez chocaste o te chocaron?
-Cuando era muy chico estuve involucrado en un choque bastante fuerte. Iba con un tío que recién había aprendido a manejar en un Peugeot 404 naranja por la ruta 2. Y yo había visto en una película de aviones que cuando el avión choca hay que ponerse como en una posición particular. Yo hice eso, el auto dio tres vueltas después de chocar y a mi no me pasó nada.
-Has viajado un montón y has visto autos afuera, ¿Hay alguno en particular que te llame la atención y lo quieras manejar?
-Algún BYD. Nunca me subí a uno y me gustaría verlo. Me he subido a un Tesla, pero no me gustó. Parece un teléfono. Si te gustan los autos, eso no es para manejar.
-¿Cómo es un viaje perfecto en auto?
-Buena compañía. El lugar que elijas. A mí me gusta mucho la naturaleza. Me gusta mucho elegir la música que voy a escuchar cuando voy en auto. Pero también que cada uno que vaya en el auto vaya poniendo su música. Yo soy hijo único y nunca tuve juegos en el auto. Qué marca viene, la patente, qué color… Así que ahora me gusta mucho jugar con los chicos.
Mirá también
El lado desconocido de Gabriela Sabatini: “Me encantan los autos y me gustan con caja manual”

Mirá también
Mi auto y yo: Facundo Arana y la historia de cómo logró comprar la camioneta negra de Volver al Futuro
