El año pasado hubo 228 víctimas de femicidio, es decir, uno cada 39 horas, según el Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina (RNFJA), de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Si bien la cifra sigue preocupando, ha mostrado un descenso del 8,8% con respecto a 2023, cuando se habían registrado 250 víctimas. Asimismo, con respecto a 2017 (cuando comenzaron a tomarse los datos bajo la metodología que aún rige), hubo una caída del 9,5%.
Con respecto a los victimarios, las tendencias se han repetido este 2024: En el 86% de los casos, la mujer tenía algún vínculo previo con el femicida: 54% eran parejas o ex parejas, 16% eran familiares, y 16% tenían otro tipo de relación, como amigos o vecinos. Sólo el 9% de los agresores eran desconocidos. Además, al menos 122 vínculos mostraban antecedentes de violencia: 42 víctimas habían denunciado a su agresor y en 21 casos se habían dictado medidas de protección. De estas últimas, 11 estaban vigentes al momento del femicidio.
Las adicciones aparecen con una de los principales situaciones en las que se han gestado los femicidios, seguida de la “vulnerabilidad social”, de acuerdo a datos de la RNFJA.
