Terminar una relación nunca es fácil. Es un proceso emocionalmente complejo, incluso cuando las circunstancias no involucran traiciones o conflictos. Las rupturas, a menudo, son el resultado de una evolución natural de dos personas que se dieron todo el uno al otro, pero que, al final, ya no pueden seguir adelante. Este cierre puede marcar la diferencia entre el dolor y una verdadera sanación.
Pero, ¿cuál es la mejor manera de poner fin a algo que, en su momento, fue significativo? La respuesta no siempre es clara, y el camino hacia la paz interior parece estar lleno de incertidumbre. Sin embargo, el psicólogo y divulgador mexicano Farid Dieck ofrece una perspectiva diferente que pone el foco en la gratitud como herramienta clave.
Dieck tocó este tema en numerosas ocasiones, y destaca que la ruptura puede ser un acto de amor. Según él, no siempre se termina por odio, sino por un deseo profundo de bien para ambos involucrados. En su cuenta de TikTok (@faridieck), con 28 millones de seguidores, compartió su enfoque compasivo y reconociendo que, al final, una relación tiene que cerrarse de una forma que honre lo vivido.
Una de las propuestas más poderosas que Farid Dieck hace es la de agradecer por todo lo vivido en la relación. “La mejor forma de romper con alguien a quien de verdad amaste y quien de verdad te amó es agradeciendo por todo lo vivido”, comenta el psicólogo, y abrió una nueva perspectiva sobre lo que implica el cierre de una relación.
Cuando hablamos de terminar una relación, lo primero que suele venir a la mente son las emociones negativas. Sin embargo, Farid Dieck propone una visión innovadora: “Se puede terminar una relación por amor. Cuando estar juntos nos hace daño y nos pudre, en lugar de desarrollarnos, la ruptura se vuelve un acto de amor”. De esta forma, no todo final implica un fracaso, por el contrario, abre una oportunidad de crecimiento personal.
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Para Dieck, la ruptura no tiene que ser sinónimo de odio o resentimiento. Si bien es cierto que cada persona vive su proceso de forma única, él insiste en que reconocer el amor detrás de la separación puede ser liberador. “No se trata de culpabilizar, sino de entender que la ruptura, cuando se da, es una forma de cuidarse mutuamente”, explica. Esto implica que la relación ya no aporta lo que ambos necesitan para seguir evolucionando.
Este enfoque tiene que ver con la importancia de entender que cada etapa de la vida tiene su ciclo, y no necesariamente el amor se termina de manera abrupta o destructiva. Al contrario, “la ruptura es una forma de amor y respeto, porque es reconocer que cada uno merece algo diferente”, asegura Dieck. Así, el fin de una relación puede verse como una oportunidad para ambos de reencontrarse consigo mismos.
Según Dieck, estas actitudes son un gesto hacia la otra persona y un proceso de sanación personal. Recordar los momentos felices, lejos de ser un acto de nostalgia paralizante, se convierte en una manera de integrar la experiencia con gratitud. “Finalmente, estás terminando un capítulo, pues qué mejor que el capítulo trate de terminar de la mejor forma”, reflexiona el experto. De este modo, el agradecimiento no es una forma de evadir el dolor, es una herramienta para sanarlo.
Por último, Dieck resalta la importancia de reconocer todo lo que uno invirtió emocionalmente en la relación: “Tú invertiste ahí. Si el amor es un acto de dar, pues, diste de tu vitalidad, de tu humor, de tu alegría, de tu tristeza”. Este reconocimiento es una forma de honrar lo vivido, de respetarse a uno mismo y de dar el paso hacia una nueva etapa sin renegar del pasado, sino integrándolo con sabiduría y cariño.