Arquímedes es considerado uno de los más grandes genios de la antigüedad y un referente universal en el estudio de la matemática y la física. Nacido en Siracusa, en el siglo III a.C., este sabio griego dejó un legado que no solo marcó a su época, sino que continúa influyendo en la ciencia y la ingeniería moderna.Entre sus contribuciones más recordadas se encuentran la formulación del principio de Arquímedes, el desarrollo de máquinas de guerra y sistemas hidráulicos, así como importantes avances en geometría y mecánica.Su talento no se limitó a los cálculos abstractos: fue un hombre que aplicó la teoría a la práctica. Gracias a sus inventos, la ciudad de Siracusa resistió por años los ataques romanos. Además, sus investigaciones sentaron las bases para tecnologías que usamos hasta hoy, desde sistemas de poleas hasta mecanismos de defensa.Arquímedes también fue pionero en la integración de disciplinas. En una época en la que las ciencias se estudiaban por separado, él combinó conocimientos de física, matemática, ingeniería e hidráulica para resolver problemas concretos. Este enfoque multidisciplinario fue clave para su éxito y es, incluso hoy, un modelo para los investigadores.El interés por su obra no es meramente académico. Sus principios siguen enseñándose en las escuelas y universidades de todo el mundo. El principio de flotación, por ejemplo, es fundamental para entender por qué flota un barco o cómo se diseñan submarinos, y tiene aplicaciones en industrias que van desde la naval hasta la aeroespacial.Uno de los aportes más famosos de Arquímedes es el principio que lleva su nombre. Este establece que todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical hacia arriba igual al peso del fluido desalojado. Este hallazgo no solo resolvió problemas prácticos de su tiempo, sino que se convirtió en una ley fundamental de la física.Otro invento célebre es el tornillo de Arquímedes, un mecanismo utilizado para elevar agua que sigue empleándose en la agricultura y en plantas industriales. Su diseño simple y eficaz lo convirtió en una herramienta versátil que, con adaptaciones modernas, todavía es útil en el siglo XXI.También se le atribuyen ingeniosos sistemas de poleas y catapultas, que no solo fueron esenciales en la defensa de Siracusa, sino que demostraron cómo la mecánica aplicada podía cambiar el curso de un conflicto. Su frase “Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo” resume su visión sobre el poder de la palanca.En el campo de la geometría, Arquímedes desarrolló métodos para calcular áreas, volúmenes y centros de gravedad. Estos aportes sentaron las bases para el cálculo integral, siglos antes de que Newton y Leibniz lo formalizaran.Más allá de sus inventos, Arquímedes dejó una huella indeleble en el pensamiento científico. Sus escritos, conservados en parte gracias a copias medievales, siguen inspirando a investigadores. Obras como Sobre el equilibrio de los planos o El método muestran su capacidad para razonar con una lógica rigurosa, muy adelantada a su tiempo.En ingeniería moderna, sus principios se aplican en áreas tan diversas como la construcción de barcos, el diseño de grúas y la optimización de procesos industriales. Incluso en la exploración espacial, conceptos derivados de su trabajo ayudan a calcular fuerzas y trayectorias.Su legado también tiene un componente cultural. La imagen de Arquímedes saliendo de la bañera y exclamando “¡Eureka!” se convirtió en símbolo universal del momento de descubrimiento, cuando una idea brillante ilumina la mente.En la enseñanza, sus métodos siguen siendo un ejemplo de cómo abordar problemas complejos de manera ordenada y creativa. La combinación de curiosidad, rigor y aplicación práctica que lo caracterizó es, hoy más que nunca, un modelo para científicos, ingenieros y estudiantes.

Arquímedes: el genio que transformó la matemática y la física para siempre | FM Avenida
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