El Senado de la Nación rechazó hoy el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 462/2025, que establecía la degradación y disolución de organismos clave para la investigación agropecuaria y la agricultura familiar, como el INTA, el INTI y el INV. La medida, que ya había sido rechazada por la Cámara de Diputados, se disolvió con 60 votos negativos, 9 afirmativos y 2 abstenciones.El DNU, impulsado por el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, y firmado por el presidente, buscaba modificar la estructura de instituciones estratégicas, disolviendo incluso al INASE y a la ARRICAME. El rechazo legislativo frena el plan de ajuste iniciado hace semanas y deja sin efecto los decretos subsiguientes que se dictaron tomando al 462/2025 como base.
La decisión legislativa se celebró fuera del Congreso por cientos de trabajadores y dirigentes gremiales que se movilizaron desde distintos puntos del país para manifestar su oposición al decreto.El rechazo implica que el proceso de desregulación vuelve a fojas cero, obligando al gobierno a dar marcha atrás con la avanzada sobre estos organismos descentralizados. De esta manera, el INTA recuperará su Concejo Directivo, se frenará la venta de sus tierras y no se avanzará con los recortes de personal.Durante el debate, el senador radical Pablo Blanco denunció que el decreto 462/2025 es una “táctica de disolución encubierta” y que, bajo los argumentos de “modernizar y reorganizar”, se atacan organismos que la Constitución protege. “Es una visión sesgada y centralista de una realidad que no se conoce”, apuntó la senadora cordobesa Alejandra Vigo, destacando que para su provincia estos organismos han sido fundamentales por su contacto permanente con el interior productivo.En la misma línea, Daniel Pablo Bensunsán, del Frente Nacional y Popular, sostuvo que “destruir el INTA e INTI es destruir años de trabajo en ciencia, tecnología y desarrollo y poner en riesgo el futuro productivo del país”.La senadora peronista por Río Negro, Silvina García Larraburu, celebró el rechazo y afirmó que “hay una parte de la política que sí entiende lo que hacen nuestros investigadores y científicos”. El revés legislativo es un alivio para los miles de trabajadores que vivían en la incertidumbre y pone de manifiesto que hay sectores estratégicos para el desarrollo nacional que no pueden supeditarse a intereses superfluos.