Entre helechos y árboles gigantes, crece en las selvas húmedas de Centroamérica una planta con aspecto frágil, pero con una resistencia singular. Su nombre apenas resuena fuera de ciertas comunidades rurales, aunque su uso ha sido constante por generaciones.Lejos del radar de los cultivos comerciales, la calaguala ha sido recolectada de forma artesanal. Su raíz y rizoma se secan al sol y luego se preparan en cocciones amargas, de uso tradicional en climas tropicales. No es común en los mercados urbanos, pero ha mantenido una circulación silenciosa a través de herbolarios y mercados alternativos.En tiempos de mayor interés por fórmulas naturales, su perfil vuelve a ser explorado. A diferencia de otros extractos vegetales más conocidos, la calaguala despierta la atención por su combinación particular de compuestos bioactivos, especialmente para ayudar al sistema inmunológico.Según un estudio publicado en la Revista Médica Hondureña, el potencial de la calaguala reside en su capacidad de influir en las células que protegen al cuerpo de virus y bacterias. Tras su uso en un ensayo, se comprobó un aumento del recuento de glóbulos rojos y de la hemoglobina.Con hojas finas que se despliegan como abanicos verdes, la calaguala aparece cada vez más en preparados herbolarios que apuntan al equilibrio del sistema inmune. Su perfil químico ha llamado la atención de investigadores por sus posibles propiedades defensivas. A continuación, los principales beneficios de la calaguala, su composición activa y los usos que se le está dando en la actualidad.Esta cualidad se debe a la presencia de compuestos fenólicos como el ácido ferúlico y el ácido cafeico, que protegen a las células del daño provocado por los radicales libres, unas moléculas que pueden afectar nuestra salud si se acumulan. Contribuye indirectamente al fortalecimiento del sistema inmunológico.En dermatología, se ha evaluado su uso oral como complemento para personas con vitiligo o psoriasis, con resultados prometedores en cuanto a la reducción de lesiones y mejora en la tolerancia al sol.Se estudió el potencial de la calaguala para reducir la inflamación sistémica, un proceso relacionado con múltiples enfermedades crónicas. La inflamación sistémica es una respuesta inflamatoria que ocurre en todo el cuerpo, no sólo en una parte específica, como pasa con una herida o un golpe. Sus compuestos parecen inhibir ciertas proteínas que produce el cuerpo -para que las células del sistema inmunológico puedan comunicarse entre sí-, facilitando una respuesta inmunitaria más equilibrada.La forma de uso más común de la calaguala continúa siendo la infusión de hojas y rizomas secos, aunque actualmente se comercializa también en cápsulas estandarizadas y extractos líquidos. En países como Colombia y Honduras, es habitual hervir calaguala para aliviar irritaciones de garganta o como refuerzo general durante infecciones leves.No debe confundirse con otras especies de helechos ornamentales. Su uso medicinal está vinculado exclusivamente a una variedad tropical que crece en altitudes medias y requiere condiciones específicas de humedad y sombra.De todos modos, siempre es importante consultar a un médico antes de tomar una decisión vinculada a la alimentación para que brinde su mejor diagnóstico y recomendación.La calaguala no contiene principios psicoactivos ni efectos estimulantes, lo que la hace adecuada para usos prolongados en el contexto de tratamientos inmunológicos, siempre bajo orientación profesional.En la cocina no tiene aplicación directa, pero existen preparaciones caseras como tónicos herbales o jarabes combinados con miel y jengibre para mejorar su sabor y conservar sus principios activos.

Calaguala: cómo actúa para proteger el sistema inmune de virus y bacterias | FM Avenida
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