En el mundo animal, los rituales de conquista adoptan formas tan variadas como sorprendentes. Mientras algunas aves despliegan plumajes coloridos o elaboran complicadas danzas, la ciencia descubrió que los ratones optan por un recurso mucho más sutil: la música. Aunque inaudible para nosotros, sus melodías resuenan como auténticas serenatas de amor.La investigadora Kerstin Musolf, de la Academia Austriaca de Ciencias, junto a su equipo, descubrió que los machos entonan canciones ultrasónicas con una estructura similar a las baladas humanas. El hallazgo marca un antes y un después en la forma de entender la comunicación y el cortejo dentro de esta especie tan común.Estas melodías no son un detalle menor: cumplen un rol fundamental en la elección de pareja. Tal como en el amor humano, no todos los ratones poseen el mismo talento, y la interpretación juega un papel crucial en la atracción. Así, las hembras eligen al macho que mejor se expresa en esta sinfonía secreta.Los científicos comprobaron que los machos solo entonan estas canciones cuando perciben el aroma de una hembra. La escena recuerda al flautista de Hamelín: las ratonas, hipnotizadas por el canto, se sienten naturalmente atraídas. Sin embargo, lo fascinante es que estas melodías ocurren fuera de nuestro alcance auditivo, en frecuencias imposibles de percibir para el oído humano.El estudio, publicado en la revista Animal Behavior, es pionero en analizar las vocalizaciones de ratones silvestres. Hasta ahora, se sabía poco sobre cómo utilizaban estos ultrasonidos en situaciones sociales o de apareamiento. Los resultados dejan claro que estamos frente a un sofisticado mecanismo de comunicación y seducción.Curiosamente, las hembras también producen ultrasonidos, pero con otro objetivo: diferenciar a los individuos conocidos de los extraños. No cantan, sino que emiten señales breves que cumplen la función de reconocimiento. De este modo, la “balada” queda reservada únicamente para los machos en su faceta romántica.Lo más llamativo es que este concierto amoroso se da en la intimidad. Gracias a la frecuencia de los ultrasonidos, depredadores como las serpientes no logran detectarlos. Así, las serenatas se transforman en un arma doble: un canto de amor para conquistar y, al mismo tiempo, un lenguaje secreto que mantiene a salvo a los protagonistas.Musolf explicó a Discovery News que todavía no se sabe con exactitud qué convierte a una canción en un éxito rotundo entre ratones. Puede ser la variedad de sílabas, la fuerza del canto o una combinación de ambas. En cualquier caso, las hembras parecen tener un oído crítico muy afinado a la hora de elegir.Este hallazgo abre la puerta a nuevas investigaciones sobre el papel de la comunicación acústica en el mundo animal. Mientras tanto, queda claro que, incluso en el reino de los ratones, el romanticismo existe y se expresa con serenatas invisibles, recordándonos que el amor tiene muchas voces, algunas tan secretas como bellas.

El romanticismo en el mundo animal: descubren que los ratones les cantan baladas a las hembras para conquistarlas | FM Avenida
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