¿Qué harías si un amigo te dijera que vuelve con su ex? El psicoanalista Gabriel Rolón lo tiene claro: le preguntaría por qué. Lejos de juzgar, el autor de Historias de diván usa esta escena para explorar una pregunta silenciosa pero frecuente: ¿qué nos impulsa a regresar a un vínculo que creíamos cerrado?
En una reciente reflexión, el psicólogo invita a ir más allá de la mera decisión sentimental y a explorar las razones detrás. Volver con una expareja no es solo reabrir un romance: muchas veces implica enfrentarse a fantasmas del pasado.
Ante esta situación, Rolón propone hacerse un par de preguntas antes de tomar la decisión: ¿qué es lo más lindo de su vínculo?, ¿qué es lo que te moviliza para volver? y ¿qué es lo que te motivó a separarte?
La mayoría suele pensar en recuperar los buenos momentos pero también dejar atrás las peleas, los desacuerdos, las infidelidades, la monotonía, los problemas de comunicación.
Para Rolón, la vida misma es un ejemplo de este combo: “La vida viene con la muerte. Como dijo Borges, morir es haber nacido”. Al igual que la vida y la muerte son inseparables, en una relación no se pueden separar los buenos momentos de las dificultades.
En este sentido, también asegura que “el pollo viene con papas”. Dice que hay que ser realistas y entender que, si decidimos volver, estamos aceptando el paquete completo. Si no somos capaces de lidiar con las “papas”, la relación inevitablemente volverá a fracasar.
Es por eso que, antes de reconciliarse, es necesario “hablar con el cocinero” —es decir, conversar con la pareja y con uno mismo— para ver si hay una posibilidad real de que “el menú cambie”, o si simplemente estamos destinados a repetir los mismos errores.
El especialista asegura que para que un segundo intento funcione, es fundamental “consensuar” los temas que llevaron a la ruptura. Volver sin haber resuelto las causas de la separación es como esperar un resultado diferente haciendo exactamente lo mismo. El psicoanalista subraya que si los problemas que los distanciaron no se solucionaron, la historia está destinada a repetirse.
Finalmente, Rolón aconseja que si la persona que busca regresar es quien cometió el error, debe “ofrecer el retorno”. Se trata de sentarse a hablar y plantear con honestidad lo siguiente:
“Yo sé que todo esto te desgastó, te llevó puesto. Yo trabajé mucho en este tiempo. Creo que puedo ofrecerte hoy la oportunidad de ser un hombre distinto con aquellas cosas que te gustaban y con algunas cosas menos de las que te molestaban porque las trabajé. Y sigo con ganas de trabajarlas porque sos muy importante para mí”.
