“Me reí bastante porque parece humor negro. Pero es muy lamentable. Realmente una vergüenza”, sostuvo Nilda tras leer la nota de Carlos Guerreros, el ocasional visitante a la ciudad durante una noche lluviosa de abril.
Esta persona ingresó a nuestra ciudad por primera vez. Circulaba por la ruta 9 cuando a su acompañante le solicitaron que pase por una encomienda, que alguien le entregaría en la calle Rojas al 1300.
A partir de ahí, narró la odisea de transitar por una arteria deteriorada con un enorme zanjón que lo acompaña en un tramo.
Guerreros había escuchado hablar de San Pedro, de su belleza, encantos, afamada por los personajes que fueron sinónimo de nuestro terruño durante años. Pero su decepción fue grande tan solo por las pocas cuadras que transitó, y describió desde el ingresó, además de ser testigo de un episodio que pudo ser trágico.
Su extensa nota, que publicamos en La Opinión, multiplicó decenas de comentarios, tal vez con una expresión predominante que resumen el sentimiento de los sampedrinos: “vergüenza”.
“Con la entrada a San Pedro tiene sobrada muestra. ¿Sabés cuántas vidas ya se cobró? Pero es ciudad turística, de pozos, choreos. Vivimos detrás de las rejas, cámaras. La gente se queja de calles intransitables cuando llueve. Así estamos. San Pedro vergonzoso. Esto viene hace varios años con distintos con intendentes”, manifestó Stella Maris.
Para Hugo no hay sorpresa. “Hace años que esta ciudad -nefasta y calamitosa- está derrumbada. Sin misterios, todo a la vista”. A Paula le genera vergüenza, bronca e impotencia. “A ver si los inútiles que están en el Municipio dan un paso al costado”, reclamó. En tanto Carito consideró que “San Pedro está a años luz del mundo mínimamente moderno y civilizado. Pareciera que a nadie le importa. Desidia total”.
También a Adriana le provocó tristeza, impotencia por lo leído, y “ante tanta desidia y liviandad de los que deberían hacer mucho”. Por su parte Ester no se mostró optimista: “Así estaremos si esto no cambia”, mientras que Silvia añora: “Así estamos en este hermoso San Pedro que alguna vez fue…”
Vanina, que también siente una “profunda tristeza” al ver el estado de San Pedro, comentó que la calle Rojas, “con sus zanjones peligrosos y falta de demarcaciones, es un ejemplo de cómo se descuida la seguridad de sus habitantes”. Jésica, otra lectora de la nota de Guerreros, indicó no recordar “cuántos años hace que está Cecilio Salazar, pero la verdad una vergüenza la ciudad”, que corroboró Mirta al afirmar que “esta carta relata la triste realidad de nuestro San Pedro”.
“¿Turismo? ¿Quién va a venir si pasan estas cosas?, con calles en pésimo estado, los accesos…, sin palabras. Una ciudad sucia y descuidada con animales abandonados por doquier. Lo único que se llevan de San Pedro es una pésima experiencia y las ganas de no volver”, sostuvo con contundencia Mónica, a la que Sergio calificó “nuestra exhermosa ciudad” y que lo más triste de todo “es que nos vamos acostumbrando a vivir entre pozos, malezas, sin veredas, con construcciones irregulares, etc.”
Miguel dijo ser quien colaboró con el rescate de las mujeres que protagonizaron el incidente vial aquella noche. “Buscale la parte positiva. Las dos mujeres que yo ayudé a salir del auto, un día de mucha lluvia, casi se ahogan porque quedan fácil 3 metros debajo del agua. Cuando llueve mucho no sabés dónde está el zanjón”, aportó.
Para Carla “suerte que fue de noche porque si no la carta sería más extensa”, expuso con ironía, algo similar a Joaquín: “Que agradezca que no los asaltaron. Demasiada suerte tuvo en ese barrio”.
En tanto Rosa pidió hacer un “mea culpa”: “Cuando tratan de mejorar algo, ¿cuidamos? Cuando arreglan o cambian los focos de los lugares elegidos para una mejoría, ¿cuidamos? Los que tienen caballos, ¿los dejan en lugares adecuados o en su propiedad? No, los dejan en la vía pública. ¿A la basura la embolsan y la dejan como corresponde? No. Las plazas que hicieron nuevas, ¿las mantienen o cuidan? No. Entonces de qué nos quejamos. Nosotros los sampedrinos tenemos que cuidar San Pedro”.
Nilda le dio razón, pero a su vez recalcó que “el verdadero responsable de todo en la ciudad es el intendente. Por ahí se empieza”.