El Hotel Alvear, uno de los más lujosos de la Ciudad de Buenos Aires, fue escenario de una amenaza de bomba que movilizó a policías, unidades especiales y el escuadrón antibombas. Un hombre de 33 años ingresó al edificio de avenida Alvear y Ayacucho, pidió la habitación presidencial y, al no obtenerla, amenazó a los empleados del hotel.
El sospechoso bajó de una camioneta y dijo que tenía cuatro kilos de explosivos en el vehículo y que el detonador estaba oculto en un libro. Ante esta situación se activó de inmediato el protocolo de seguridad: se acordonó la zona y se cerró la avenida Alvear desde Callao hasta Ayacucho.
Mientras el Escuadrón Antibombas desplegaba una operación BYL (Búsqueda y Localización de Explosivos), oficiales de la Comisaría Vecinal 2A lograron reducir y detener al hombre dentro del hotel. Tras una inspección exhaustiva del vehículo, los especialistas confirmaron que no había explosivos.
El resultado del procedimiento fue negativo, pero el impacto en la zona fue inmediato: el tránsito interrumpido, la tensión entre los trabajadores del hotel y los turistas, y un operativo que se extendió por una hora.
El hombre fue detenido por intimidación pública y trasladado por la Policía de la Ciudad. La causa quedó radicada en el Juzgado Federal 1.
Según pudo saber Clarín, el detenido fue identificado como Carlos Alberto Ficarra Toledo, argentino, de 33 años y domiciliado en la localidad de Muñiz, partido de San Miguel. El 19 de mayo pasado, el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N°2 de San Isidro, a cargo de Federico Díaz, le había concedido a Ficarra Toledo una excarcelación bajo caución juratoria en el marco de una causa también por “intimidación pública”.
Al momento de su detención, Ficarra Toledo llevaba consigo documentación sobre esa causa anterior, pero no contaba con registros como imputado en el sistema de Gestión de Actuaciones Policiales (GAP) ni en el Sistema Federal de Comunicaciones Policiales (Sifcop).
A su vez, el vehículo involucrado, una Toyota SW4 con patente AG361UK, está registrado a su nombre y no tenía impedimentos legales. Sin embargo, fue objeto de una revisión completa por parte del Escuadrón Antibombas.
En tanto, Ficarra Toledo había sido imputado de conformar una organización criminal dedicada a la obtención, transporte y comercialización de estupefacientes. En esa investigación se determinó que esta banda operó entre mayo de 2016 y abril de 2019 desde la provincia de Salta, en coordinación con otros miembros que actuaban en Mar del Plata.
En ese expediente, el hombre fue procesado como partícipe secundario en una asociación ilícita en concurso real con el delito de organización de actividades de narcotráfico. Durante el proceso incumplió, en al menos dos ocasiones, las condiciones del arresto domiciliario, lo que motivó la revocación del beneficio. Además, se remarcó su cercanía a la frontera con Bolivia y los múltiples viajes realizados a ese país con miembros jerárquicos de la organización narco, lo que incrementó los riesgos procesales.
Desde este miércoles, Ficarra Toledo enfrenta una nueva causa por intimidación pública, mientras que el Hotel Alvear retomó sus actividades una hora después del operativo. Sin embargo, el recuerdo de una tarde de angustia y temor en la que se mencionó una bomba dentro de sus instalaciones aún resuena entre los empleados y los huéspedes.
