Erika Lust, reconocida directora de cine porno feminista, acaba de lanzar su podcast de meditación erótica. After Hours es una serie de audio erótico inmersivo que reivindica el autoerotismo como práctica de cuidado emocional, autoconocimiento y libertad íntima.
Pero no es la primera vez que la directora oriunda de Suecia indaga en ese terreno: en la productora de cine para adultos que fundó años atrás y que lleva su nombre los empleados cuentan con una pausa diaria de 30 minutos dedicada a la masturbación, entendiendo el placer como parte integral del bienestar.
¿De qué se trata la meditación erótica? Durante cinco episodios se guía al oyente combinando respiración, exploración corporal y sugerencias sensuales para fomentar una relación más consciente y libre de juicios con el placer propio. Así, la definen como una experiencia sonora, sin pantallas, que invita a explorar la intimidad desde una mirada inclusiva, narrativa y sensorial.
Según adelantaron a Clarín desde la productora, cada audio erótico tiene su propio tema, así como diversos destinatarios. En el primero, El verdadero significado del placer, se realiza una meditación suave para reconectar con el cuerpo, utilizando voz en susurro y una narrativa estilo ASMR.
El episodio 2, Placer guiado para personas con pene, es una sesión que promueve la exploración íntima y consciente del propio cuerpo a través de la respiración rítmica y la visualización. El siguiente, Placer guiado para personas con vulva, está inspirado en prácticas de Tantra y trabajo corporal; allí -aseguraron- la meditación utiliza voz, respiración y movimiento para acompañar una experiencia íntima y profunda.
Masturbación, erotismo y autocuidado
Erika Lust, cineasta erótica independiente, se dedica a lo que describió como “cine para adultos con perspectiva sexual positiva, retratando personajes cercanos y sexo realista y apasionado, superando los estereotipos de género y las fetichizaciones dañinas”. En ese marco, dirigió 6 largometrajes y series, más de 130 cortometrajes y produjo alrededor de 150 más.

En diálogo con Clarín, Lust explicó que “After Hours es una invitación a reconectar con el cuerpo, la imaginación y el deseo desde un lugar más consciente y menos performativo. No es porno tradicional: no hay imágenes ni fórmulas repetidas, solo sonido, atmósferas, palabras, y respiración. Es un espacio para escucharte y explorar el placer a tu ritmo, sin distracciones”.
En ese sentido, destacó el rol de la autoestimulación: “After Hours propone recuperar la masturbación como una práctica de bienestar emocional, de conexión consciente con una misma. Es una serie que cruza el erotismo con el autocuidado: relatos sensuales, diseño sonoro cinematográfico y una mirada feminista que prioriza la intimidad auténtica, no la performance. Porque el placer también es salud, y merecemos experimentarlo sin culpa, sin pantalla, y con todos los sentidos abiertos”.
A la hora de definir a su público, añadió: “Está pensado para todas las personas, sin importar el género o la experiencia que puedan o no tener, pero que quieran acercarse al autoerotismo como una forma de bienestar emocional y físico más libre”.
Instrucciones para una correcta meditación erótica
Lust, acostumbrada a romper con los patrones del porno tradicional, explicó que ideó After Hours “para ser vivido, transitado, para dar ese espacio de autoescucha y reflexión, porque muchas veces no necesitamos más estímulos, sino más conexión, más presencia”.

En esa línea, enfatizó que si bien “no hay una sola forma correcta de escuchar” el podcast, existen una serie de pautas para que la experiencia sea más positiva. Entre ellas, enumeró:
- El momento ideal debería ser cuando no haya interrupciones ni apuros.
- El objetivo es que sea un espacio en el que cada persona pueda reconectar con la intimidad y dedicarse tiempo de verdad.
- Silenciar las notificaciones del teléfono.
- “Crear un ambiente cómodo, que puede ser la cama, el baño o el sillón; lo importante es que sea un espacio tuyo, seguro”, dijo la cineasta.
La pausa de masturbación en el trabajo: media hora para el autoplacer
Para Erika, la masturbación no es importante solamente a nivel discursivo. Su postura a favor de esta práctica es más que concreta: en 2021 incorporó en su productora “la pausa de masturbación”, un espacio diario para que sus empleados y empleadas pudieran acceder al autoplacer.
“Fue una provocación cultural pero también una invitación real a reflexionar. Queríamos abrir la conversación, poner el tema sobre la mesa y cuestionar por qué seguimos tratando el placer como algo incómodo o ajeno al ámbito profesional”, sostuvo la directora sueca.
“Ofrecemos a cada persona del equipo 30 minutos al día para dedicarse a su propio bienestar erótico. No se trata de usar si o si ese tiempo de una forma concreta, sino de validar la existencia del deseo dentro de nuestras rutinas, sin vergüenza ni hipocresía. Trabajamos en torno al deseo todos los días e incluimos en nuestra cultura interna esa filosofía: naturalizar la masturbación como parte de una vida sana, creativa y conectada con el cuerpo. Es, en definitiva, un recordatorio de que el deseo también forma parte de nuestras vidas”, agregó.

A la hora de evaluar los resultados de esa medida, Lust no dudó al describirlos como “muy positivos”: “Generamos un clima más abierto, promoviendo el diálogo y la apertura, sin tabúes. Ayudó a fomentar una cultura laboral más relajada, honesta, y a tener compañeros más contentos. Para mí, fue un recordatorio de que transformar la manera en que hablamos de sexualidad también implica transformar nuestra vida diaria. Y si queremos romper tabúes en la pantalla, primero tenemos que animarnos a romperlos en lo cotidiano”.
Sin embargo, la pausa masturbatoria está muy lejos de lo que sucede a nivel general, resaltó. “La masturbación, a pesar de ser una de las formas más accesibles y naturales de conocernos y cuidarnos, todavía sigue cargada de tabúes. Persiste la idea de que es algo que debe darse en solitario, de forma triste o incluso vergonzosa, cuando en realidad puede ser tan válida como meditar, hacer ejercicio o escribir”.
Por eso uno de sus objetivos desde su arte, destacó, es “aportar a una narrativa distinta, y por eso hablamos de la masturbación o autoerotismo como salud, parte del placer consciente y la intimidad positiva. Es parte de nuestro trabajo y de nuestro desafío diario, y si bien creo que estamos viendo un cambio cultural, todavía queda mucho por cuestionar”.