Hay ciudades que parecen sacadas de un sueño, y La Plata es una de ellas. Conocida como “la París argentina”, la capital de la provincia de Buenos Aires encanta por su diseño urbano simétrico, sus diagonales arboladas, y una arquitectura que remite directamente a los bulevares y edificios de estilo Art Nouveau que se encuentran en Francia.
A solo 60 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, esta joya bonaerense fue ideada desde sus cimientos por el político y visionario Dardo Rocha. El 19 de noviembre de 1882 se fundó oficialmente con un plan urbanístico único: una ciudad pensada desde cero, con un trazado en forma de cuadrado perfecto atravesado por diagonales que permiten moverse de forma más directa y visualmente armoniosa.
La magia de La Plata no solo está en su organización urbana, sino también en sus edificios, muchos de ellos inspirados en el estilo Art Nouveau. Este movimiento arquitectónico se caracteriza por las formas orgánicas, las líneas curvas y el uso de materiales como hierro forjado, vidrio y cerámica, elementos que abundan en varias construcciones platenses.
Una de las joyas más emblemáticas es el Palacio Gibert, en Diagonal 80 al 700, sede de la Universidad del Este. Con sus detalles en hierro y su diseño asimétrico, parece salido de un barrio parisino.
También se destacan el Palacio Achinelly (1911), la Casa Boo (1913) y el llamado Palacio de las Flores, con su torre imponente en Calle 12 y 58. Incluso la estación del tren Roca, aunque modificada con los años, conserva detalles curvos que delatan su inspiración original.
La Plata no solo es bella: también fue pionera en muchos aspectos tecnológicos. Fue la primera ciudad de Sudamérica en contar con luz eléctrica pública, y también la primera en implementar tranvías eléctricos y semáforos. Ya en 1892, el avance era tal que la iluminación de la Plaza San Martín podía verse desde Colonia, en Uruguay.
La innovación no quedó en el pasado. En tiempos más recientes, se convirtió en la primera ciudad del país en coordinar el estacionamiento con mensajes de texto. Esta combinación de historia, vanguardia y planificación urbana la transforma en un destino ideal para quienes disfrutan de recorrer ciudades con identidad.
Entre sus encantos naturales, La Plata cuenta con 23 plazas y parques, siendo el Paseo del Bosque su pulmón verde más emblemático. Con lagos, jardines, un jardín zoológico y un museo de ciencias naturales, este espacio invita a pasar el día entre naturaleza y conocimiento.
Además, la ciudad alberga una de las catedrales más imponentes de América, la Catedral de la Inmaculada Concepción, cuya silueta gótica se alza junto a la Plaza Moreno, el verdadero corazón platense.
La mejor manera de conocer La Plata es caminando o en bicicleta, disfrutando del trazado pensado al detalle, admirando las cúpulas, las vidrieras de colores y los detalles arquitectónicos que sorprenden en cada cuadra. También se pueden hacer recorridos guiados, muchos de ellos gratuitos, organizados por la municipalidad y universidades locales.
