Las fragancias dicen mucho más de una persona de lo que parece a simple vista. En el caso de la familia real británica, el contraste entre el perfume que usa el príncipe Harry y el que prefiere su padre, el rey Carlos III, es más que evidente. Mientras uno sigue fiel a la colonia más vendida del planeta, el otro apuesta desde hace años por un aroma clásico, fresco y con alma oceánica.
El duque de Sussex, que hoy reside en California junto a su esposa Meghan Markle y sus hijos, se mantiene firme en su elección. El perfume que lo acompaña desde hace años es el Cool Water de Davidoff y se aleja por completo de las fragancias intensas y sofisticadas de corte tradicional.
La fragancia elegida por el príncipe Harry es Cool Water de Davidoff, una colonia masculina lanzada en 1988, creada por el perfumista Pierre Bourdon. Esta combinación única se convirtió en un clásico de la perfumería masculina por mezclar notas marinas con aromas más profundos como el musgo, el cedro y el tabaco.
Cool Water arranca con una explosión refrescante de menta, lavanda y agua de mar, seguida de romero, cilantro y un corazón floral, para cerrar con una base cálida de almizcle y ámbar gris. Es una fragancia ideal para quienes buscan presencia sin exageraciones, con un estilo relajado y elegante.
En cambio, el rey Carlos III prefiere el Eau Sauvage, un icónico perfume lanzado por la casa Dior en 1966 que fue el primer perfume para hombre en tener notas florales.
Además de su carácter fresco y versátil, Cool Water de Davidoff tiene un punto a favor: su precio. A diferencia del costoso perfume que utiliza el rey Carlos III, la elección de Harry se consigue en perfumerías especializadas en Argentina a un valor aproximado de 85.000 pesos por el frasco de 100 ml.
Esta diferencia no solo es olfativa, también es simbólica. Mientras Carlos mantiene una elección clásica y asociada al poder, Harry marca distancia con una fragancia más moderna y accesible, en sintonía con su estilo de vida más libre y alejado de los protocolos reales.