Argentina mostró su autoridad y agiganta su imagen: derrotó a Chile por 1 a 0 en Santiago y se aseguró el primer puesto en las Eliminatorias Sudamericanas. Todo impecable, tanto desde lo futbolístico como de lo matemático. Pero cuando transcurrieron los primeros minutos del encuentro se encendió la chispa: hubo un duelo aparte entre Rodrigo De Paul y Arturo Vidal, dos referentes. Si se quiere, los dos jugadores más temperamentales de ambos equipos. Se provocaron durante todo el primer tiempo con señas, empujones y un duro cruce de palabras. Y las cámaras siguieron cada uno de sus movimientos, como si fuera un partido dentro de otro partido.
Uno de los primeros choques se dio cuando el volante argentino trasladaba la pelota y el chileno le hizo alguna seña con su mano izquierda, como para que avanzara hacia él en el campo de juego. El volante de Atlético de Madrid le señaló el balón con sus dedos índices y una sonrisa. Se anticipaba un ida y vuelta muy caliente.
Otra situación se produjo tras el gol de Julián Álvarez, a los 16 minutos: De Paul se quedó mirando al mediocampista rival y le tiró un beso desde lejos, con una sonrisa dibujada. Luego se sucedieron algunos cruces en el mediocampo, entre insultos, comentarios por lo bajo y empujones. El jugador de Colo Colo estaba visiblemente enojado, mientras que el argentino se reía.
Más adelante, cuando transcurrían 37 minutos, Vidal se llevó la tarjeta amarilla tras cometerle una infracción al propio de Paul. En esa acción, Vidal se acercó a decirle algo, pero De Paul, una vez más entre el áspero intercambio de palabras, sonreía socarronamente, al igual que ocurrió en las demás jugadas en donde se vieron cerca las caras.
Hubo más: cuando Jesús Valenzuela, árbitro del partido, pitó el final de la primera etapa, se dio otra situación entre ambos. El argentino se acercó para abrazar al chileno, pero el Rey Arturo no aceptó el saludo y lo empujó. En ese instante se acercó el jugador chileno Rodrigo Echeverría para separarlos. De Paul se alejó de su oponente y le hizo un primer gesto con las manos como si estuviese escribiendo en el teclado y un segundo con una señal de una televisión, haciendo alusión a que mirará el Mundial por TV.
Para el inicio de la segunda etapa, el entrenador de La Roja, Ricardo Gareca, decidió reemplazar a Vidal. El volante no tuvo un buen primer tiempo y además lo condicionaba la amarilla. En su lugar ingresó Javier Altamirano.
Vale recordar que, luego de la derrota de Chile ante Paraguay, el 20 de marzo en Asunción (13° fecha), Arturo Vidal había declarado sobre lo que podría pasar frente a la Albiceleste en esta jornada 15°, subestimando al equipo de Scaloni. “Contra Argentina siempre jugamos bien y más en nuestra casa, con nuestra gente. Seguramente nos quedemos con los tres puntos. Contra Argentina va a ser mucho más fácil que jugar acá contra Paraguay”, expresó el volante chileno, propenso siempre a utilizar su lengua mordaz. Que incluso usó contra el propio Ricardo Gareca, cuando el entrenador no lo tenía en cuenta para la selección y él reclamaba su lugar mientras hacía streaming para el gran público.
En el Estadio Nacional, los hinchas argentinos también tomaron parte en las provocaciones a Vidal, aunque desde una situación pasiva. Entre los fanáticos albicelestes se pudo observar una bandera con la leyenda “Descansen hijos míos…”. La frase hace alusión a un posteo que subió Arturo Vidal en 2017, cuando la Roja buscaba la clasificación para el Mundial de Rusia 2018.
En aquella ocasión, el futbolista de la cresta había colgado en Instagram una foto de sus hijos acostados en la cama y había escrito: “Descansen hijos míos, papá tiene que trabajar y llevar a Chile al Mundial”. Finalmente, aquel equipo que contaba con gran parte del plantel campeón de las Copas Américas 2015 y 2016 no pudo clasificarse a la cita de Rusia 2018, lo que disparó innumerables memes y burlas en las redes sociales. Para peor, Vidal también falló en el intento de lograr el pasaje para el Mundial de Qatar 2022, que quedó en manos de Argentina.
