El geólogo Enrique Hopman sostuvo que durante el temporal de mediados de mayo último se produjo “la inversión de la corriente del río Baradero, un fenómeno rarísimo, con el agua fluyendo hacia el puerto de San Pedro con gran velocidad y arrastrando sedimentos, escombros y animales muertos”.
Todo se relacionada con las lluvias copiosas, que provocó “una gran masa de sedimentos oscuros, generando una mancha en el curso de agua, principalmente debido a que el sedimento fino se hallaba en suspensión. Algo nunca visto en los 40 años que vivo en San Pedro”.
Respecto al sedimento grueso, “es lo que se depositó en zonas de menor corriente, posiblemente donde chocaban las corrientes del río Baradero y el riacho San Pedro”.
Hopman sostuvo que la rápida acumulación de sedimentos pudo haber disminuido la profundidad del canal. Además, plantea la probable mezcla de la “mancha de caca”, generada por los efluentes arrojados en forma permanente, que son los desechos cloacales, que “requiere un análisis para determinar la extensión de la contaminación”.
No descartó la posible relación entre la rápida acumulación de sedimentos y la disminución de la profundidad en el puerto, causando la varadura del “Yasa Tokyo”.
En diálogo con Lili Berardi en el programa Sin Galera, el geólogo reclamó por la necesidad de “una gestión integral de la cuenca del río Arrecifes”, resaltando la importancia de “activar el Comité de Cuenca para la prevención de eventos futuros”. Cuestionó la falta de un monitoreo ambiental adecuado en los municipios, la ausencia de recursos para análisis de muestras y la necesidad de un enfoque interdisciplinario que involucre a actores portuarios, ambientalistas y autoridades.
Para Hopman es cuestión de prevenir “para evitar catástrofes ambientales y la necesidad de un análisis exhaustivo de la situación”. De acuerdo a sus conceptos, serviría para prevenir futuras varaduras y otros problemas ambientales.