El subteniente Santiago Cocco, de 32 años, regresó este lunes a Pinamar luego de haber pasado ocho meses peleando por su vida. El 14 de octubre de 2024, fue baleado en el cuello al ser confundido con un delincuente cuando respondía a un llamado de emergencia. Su recuperación fue larga, crítica y dolorosa. Y su regreso, profundamente emotivo.
El oficial había acudido junto a su compañero a una vivienda del norte de Pinamar, tras escuchar la alarma de una camioneta Toyota Hilux. Eran las 22.00, cuando intentaron ingresar al domicilio al oír gritos de auxilio. Pero una confusión fatal marcó su destino: el dueño de casa, un hombre de 65 años oriundo de Merlo, disparó a través de un agujero en la puerta y le acertó en la mandíbula. La bala atravesó su cuello y salió por la nuca.
Cocco fue trasladado en helicóptero a un sanatorio en Buenos Aires. Allí sufrió un paro cardíaco y un ACV. Su estado era desesperante. Pero contra todo pronóstico, resistió.
El autor del disparo fue imputado por tentativa de homicidio. Aunque en ese momento quedó detenido, actualmente permanece en libertad, mientras avanza la causa.
La fiscalía entendió que hubo una reacción extrema por parte del morador, que no advirtió que se trataba de un procedimiento policial. La confusión se habría generado por una falsa alarma y el pánico de quienes estaban dentro de la vivienda.
Santiago tiene dos hijos pequeños, una familia que lo esperó con el alma rota durante meses, y una comunidad que lo abrazó fuerte cuando por fin volvió. Este lunes, los vecinos lo recibieron entre aplausos y lágrimas. Fue en Pinamar, donde todos lo conocen simplemente como “Coco”. Y donde hoy, más que nunca, celebran su vida.
