Con amplios conocimientos y desarrollo en el escenario de las redes sociales, Felicitas Alvite, conocida como “La Toretto” platense, en referencia al personaje de la saga de cine “Rápido y furioso”, con prisión domiciliaria por matar a un motociclista en un incidente vial, padeció el rigor de la hostilidad en ese mundo virtual.
A un mes de obtener el beneficio que le permite estar detenida en su hogar a la espera del juicio oral, decidió reabrir su cuenta de Instagram, pero en pocas horas tuvo que cambiar su nombre y luego cerrarla porque sobrevino una campaña de ataques y agresiones de seguidores. Consideran que su accionar en el episodio que terminó con la muerte de Walter Armand (35), cuando lo chocó a toda velocidad en la esquina de 13 y 32 fue el de una “asesina”. Los mensajes agresivos o “de odio” (haters, como se conoce en lenguaje de plataformas sociales) obligaron a volver al anonimato.
Alvite, de 23 años, está procesada por el delito de “homicidio simple con dolo eventual”. El 12 de abril de 2024, en el casco urbano de La Plata. La joven manejaba un coche y atravesó varios semáforos en rojo hasta que en la esquina fatídica se cruzó la moto en la que viajaba el músico Armand. Murió casi de inmediato por efecto de los severos golpes y heridas.
La Justicia sospecha que la conductora -quien difundió en sus redes que cuando maneja es “una Toretto”- corría una picada con otro coche que iba a la par y en la que viajaba un grupo de amigos.
El fiscal que investigó el caso, Fernando Padován, sostuvo con firmeza la hipótesis de que la chica “conocía las posibles consecuencias de su accionar irresponsable, pero de todas maneras no interrumpió esa acción”. Por eso la imputó de un delito equiparable al asesinato. En general, las muertes en siniestros viales se consideran “homicidios culposos” y son excarcelables.
“La Toretto” fue detenida dos semanas después y desde entonces comenzó un extenso y sinuoso camino jurídico en el que sus abogados intentaron atenuar la prisión preventiva. Estuvo un año y siete días alojada primero en una alcaidía y luego en el penal de Magdalena. Pero un fallo de Casación avaló el pedido de la defensa para que sea beneficiada con la prisión domiciliaria sin tobillera. El pedido había sido rechazado por la jueza de Garantías, Marcela Garmendia, y por la sala III de Apelaciones del fuero penal platense. El 10 de mayo, la Suprema Corte rechazó un pedido de impugnación de la familia Armand, al dictamen de Casación y se hizo efectivo el regreso a su vivienda
Asistida por psicólogos y psiquiatras, Felicitas se instaló en su casa de City Bell.
Y en esta semana decidió volver a una de sus aficiones: la cuenta de Instagram. En @felialvite, donde tiene 13.500 seguidores, cambió la foto de perfil y reapareció.
De inmediato comenzaron los reproches: una cuenta identificada como @justiciaxewalter reposteó la portada y escribió sobre la foto de la joven: “la asesina de @felialvite abrió de vuelta su cuenta. Pasemos todos por ahí a dejarle un saludo y recordarle lo mierda que es”.
De inmediato, esa publicación se multiplicó. Horas después, la joven que tenía casi 100 mil seguidores en TikToc antes del accidente, clausuró esa dirección y apareció con otra, según “denunciaron” desde la misma cuenta de “justiciaxwalter”. Al parecer, la dueña de la cuenta @rochiyola” también sería Alvite. Y allí pusieron: “Te podes cambiar el nombre y sacar la foto de perfil, eliminarlo, hace lo que quieras, nadie se va a olvidar lo que sos, asesina!!!”, volvieron a postear. Y otra vez se llenó de agravios.
Ahora ambas portadas personales están desactivadas de la plataforma.
A través del mismo medio y de otras plataformas, familiares de Armand comunicaron su postura sobre esta situación y el nuevo estado judicial de la imputada: “Después de un año de la muerte de Walter Armand, Felicitas Alvite volvió a su casa con su familia y amigos, cambió de look, abrió Instagram de vuelta. No tiene ni el mínimo de remordimiento, mientras Walter está en un cementerio, su familia muerta en vida”.
Mas adelante escribieron: “No nos olvidemos nunca de esta cara, de Felicitas, asesina al volante, cruzando todos los semáforos en rojo, corriendo picadas. La justicia es lenta, pero no nos vamos a quedar de brazos cruzados. Te vamos a recordar cada día de tu vida lo que hiciste. ¡Asesina!”.
“No entendemos cómo con todas las pruebas en su contra tiene beneficios. No entendemos cómo alguien mata y está libre”, expresó Milton Armand, hermano del motociclista. Walter tenía un hijo, una pareja, y era cantante en una banda llamada “Pachanga”.
