Era tan famoso que, poco antes de morir, la Real Academia Española incorporó su alias, Cantinflas, al diccionario. Para los académicos “cantinflas” describe a “una persona que habla o actúa como el personaje, de manera disparatada e incongruente y sin decir nada con sustancia”. En realidad, la palabra no existe, sino que fue acuñada por el propio actor a partir de un término mexicano, “cantiflear” (hablar mucho, pero sin decir nada).
Mario Moreno Reyes, más conocido como Cantinflas, nació el 12 de agosto de 1911 en Ciudad de México. El personaje de la gabardina deshilachada, y pantalones de cadera caída que hacía de lustrabotas o borrachín y que se enreda en un laberinto de palabras y expresiones, nació en 1936 y lo llevó a la fama en todo el mundo de habla hispana.
En sus comienzos, para ganarse la vida, Moreno fue boxeador, bailarín, mesero y hasta se enroló en el Ejército durante un tiempo, hasta que descubrieron que había mentido sobre su edad para incorporarse. Entonces nació el actor cómico que debutó en teatros ambulantes, conocidos como “carpas” que recorrían México.
Al principio trató de imitar al mítico Al Jolson, pero luego consiguió un estilo propio, inconfundible que lo llevó a la fama, más allá de las fronteras de su país. Sus últimos días fueron muy difíciles.
Moreno era el sexto de los catorce hijos del cartero Pedro Moreno Esquivel y de Soledad Reyes Guízar. Como dijimos, desde muy joven, tuvo que trabajar en los más variados oficios para sobrevivir.
En octubre de 1934, Cantinflas se casó con la rusa Valentina Ivanova, a quien había conocido en el circuito de “carpas de México”. La pareja decidió adoptar un niño de un año, ante la imposibilidad de tener hijos. Era Mario Moreno Ivanova. En tanto, Valentina murió en 1966, debido a un cáncer de huesos, cuando su marido era muy famoso.
Luego de actuar en teatro, Moreno Reyes pasó al cine, debutando en No te engañes corazón (1936), película de escaso éxito. La fundación de Posa Films, que producía películas cortas, permitió el desarrollo del personaje que lograría su primer gran éxito, en México y otros países, con Ahí está el detalle (1940).
Después de Ni sangre ni arena (1941), hubo muchos más éxitos. Su época dorada fueron los años 40 y 50. Para entonces, firmó contratos con Columbia Pictures. En 1956, con La vuelta al mundo en 80 días, ganó un Golden globe como mejor actor de musical o comedia. Su segundo film estadounidense fue Pepe (1960), donde hacen cameos grandes figuras de la época como Frank Sinatra, Judy Garland o Dean Martin. Decepción para el público y la crítica, le significó sin embargo su segunda nominación a un Golden Globe. De regreso a México, creó su propia productora (Cantinflas Films) y siguió haciendo películas. La última fue El barrendero (1981).
Para entonces, ya era casi un símbolo nacional de México, donde se lo consideraba como parte del renacimiento cultural del país. Lejos de los escenarios, Moreno se convirtió en una persona solitaria e introvertida que se llevó varias decepciones en el ámbito familiar.
En los primeros meses de 1993 fue diagnosticado de cáncer de pulmón, aunque su hijo adoptivo aseguraba que era cáncer de esófago. La quimioterapia se realizó por completo en Estados Unidos, donde la tecnología era más avanzada que en México. Sin embargo, el 20 de abril de ese mismo año, víctima del cáncer, Cantinflas falleció.