“Hay mucha hipocresía. Si vos querés a un jugador, vos primero tenés que hablar para saber si tiene la intención de venir. Después vienen las partes, el club a club, pero primero hay que saber la intención del futbolista. Después hay negociaciones, eso es otra cosa”. Marcelo Gallardo, entrenador de River, dejó en claro su postura sobre la necesidad de intervenir en el mercado de pases. La frase fue lanzada por el Muñeco el último viernes -en una entrevista en ESPN- pero retumbó unas 48 horas después con mayor potencia en Racing, dueño del pase de Maximiliano Salas, a quien el estratega millonario había llamado durante el receso.
En la Academia consideraban desactivado el peligro de perder al delantero, ya que habían llegado a un acuerdo para mejorarle el contrato y extenderlo hasta el 31 de diciembre de 2028. La tratativa representaba que Salas ascendiera al top tres de los futbolistas mejores pagos del plantel (Adrián Maravilla Martínez, el goleador, está en la cima), con un nuevo salario que estaba a la altura de sus expectativas. La negociación implicaba, además, elevar el monto de su cláusula de salida: pasaría de los 8 millones de euros actuales a un monto aproximado de 15 millones de dólares.
El martes pasado, cuando Racing regresó a los entrenamientos en Avellaneda, las charlas entre la dirigencia y el representante del punta estaban avanzadas. Y para el jueves, cuando el plantel viajó hacia Paraguay para continuar la pretemporada, las conversaciones se cerraron exitosamente. Así, lo hablado se volcó en los nuevos términos del contrato. Sólo faltaba la firma del ex All Boys y Palestino, quien había recalado en la mitad celeste y blanca de Avellaneda por expreso pedido de Gustavo Costas, quien lo había dirigido en Chile.
El entrenador racinguista, quien durante las vacaciones se encargó de llamar permanentemente a varios de sus dirigidos, le había manifestado en distintas ocasiones a Salas la importancia de tenerlo en el plantel para afrontar la segunda parte de 2025. Para Gustavo, el triunfo de Salas con la celeste y blanca significó un triunfo particular, ya que lo ubicó entre los jugadores que “llegaron por dos pesos” y le dieron enormes réditos que se tradujeron en las coronaciones en la Copa Sudamericana 2024 y en la Recopa 2025.
Con el contrato listo, a Salas le quedaba “poner el gancho” para cerrar una de las posibles novelas del mercado de invierno. Sin embargo, mientras desarrolla la pretemporada en Ciudad del Este con el elenco albiceleste, el oriundo de Curuzú Cuatiá esquivó sellar lo acordado verbalmente. Así las cosas, la historia de su continuidad (o no) en Racing suma un nuevo capítulo impensado. Y Gallardo, quien el martes pasado perdió en el Mundial de Clubes a Sebastián Driussi por lesión, sería el artífice de la demora de la rúbrica del jugador.
“Nosotros hicimos todo lo que teníamos que hacer. Estamos esperando que todos cumplan la palabra: el jugador y River”, le confió a LA NACION una altísima fuente de la dirigencia de Racing, en alusión a la postergada firma del nuevo vínculo. Además de hacer foco en Salas, desde la comisión directiva de la Academia se manifiestan sorprendidos por el posible cambio de postura del Millonario, que tendría la determinación de girarle a Salas los 8 millones de euros necesarios para que ejecute su rescisión del contrato que tiene vigente con Racing.
Para Diego Milito, presidente de la institución de Avellaneda, ese posible escenario significaría un doble golpe: además de perder a un jugador vital para Costas (y reforzar a un potencial rival en la Copa Libertadores), sería “traicionado” por la dirigencia del Millonario. Todas las fuentes consultadas por este medio coinciden en que tanto Jorge Brito, presidente de River, como Stéfano Di Carlo, secretario general (y posible futuro mandamás del Millonario), le habían manifestado a Milito que River no ejecutaría la cláusula de salida de Salas. Además del “pacto de caballeros” que hay en la AFA, mediante el cual se considera “mal visto” que entre clubes argentinos se lleven jugadores mediante las cláusulas de salida, entre Milito y Brito existe una muy buena relación.
“Yo con Milito he jugado al pádel varias veces. En todo caso, si está enojado, me lo haría saber: ‘che, estoy enojado’. Pero no pasó”, había sentenciado Gallardo el viernes –en ESPN-, cuando le mencionaron que en Racing había causado molestias que se comunicara con Salas en reiteradas ocasiones para “tentarlo” con vestir la banda roja. En la concentración de la Academia, en Paraguay, Gustavo Costas piensa en llevar a Racing a lo más alto del continente. Para eso, el técnico considera determinante mantener al plantel y potenciarlo con algunos refuerzos.
Milito no está en Paraguay con el plantel y tiene pautado arribar a tierras guaraníes de cara al fin de semana, cuando Racing se enfrente con Olimpia (el sábado 28), en el marco de un amistoso preparatorio, en el estadio Defensores del Chaco. “Con Salas llegamos a un acuerdo de palabra y hubo apretón de manos. Se redactó todo con los términos que el jugador quería”, reiteran desde el club, con incredulidad ante el giro de una situación que parecía resuelta.
“Hay que intentar resolverlo rápido por el bien de todas las partes”, consideró un integrante de la mesa chica del club de Avellaneda, al ser consultado sobre si el cambio de escenario puede causar que Racing le ponga un ultimátum a Salas en relación a firmar el nuevo contrato acordado.
Otra señal alarmante es que desde la representación del futbolista dejaron de atender el teléfono durante el fin de semana, mientras en Avellaneda (y en la concentración en Paraguay) se preguntan si alguna llamada desde Estados Unidos, donde está el River de Gallardo, fue concluyente para cambiar el futuro.