La residencia de los Estados Unidos en la Argentina encendió sus luces este martes donde se festejó con anticipación el 4 de julio a la vez que se despidió a su encargada de negocios Abigail Dressel quien en su discurso destacó que los gobiernos de Donald Trump y Javier Milei compartían su rechazo a la dictaduras se relacionaban con “los países que valoran la libertad y la democracia”.
Sobre un escenario que tenía una escenografía con la emblemática ruta 66, Dressel se despidió de Argentina (el pliego del embajador designado -el empresario cubano americano Peter Lámelas– todavía no fue aprobado) con asistencia importante del representantes del Gobierno: el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, los ministros Patricia Bullrich, Mario Lugones, Luis Caputo, Mariano Cúneo Libarona, el asesor presidencial Santiago Caputo, que asistió junto con el diputado libertario bonaerense Agustín Romo. También estuvo el titular de la SIDE, Sérgio Neiffert, mientras que por la Cancillería (Gerardo Werthein está fuera del país) participaron los funcionarios Fernando Brun y Nahuel Sotelo.
Además, asistieron ex funcionarios de otras administraciones y referentes de diversos ámbitos, como el procurador general Eduardo Casal; Pablo Garzonio, en representación de la Legislatura porteña, el titular de la DAIA, Mauro Berenstein. y Juan Pablo Maglier, del mundo de las relaciones públicas.
Desde el sector empresario sobresalieron las presencias del CEO del Grupo Clarín, Hector Magnetto; el de Ualá, Pierpaolo Barbieri; y Adrián Werthein, entre otros.
“Juntos, hicimos a nuestros países más prósperos. Gracias a las reformas económicas que adoptó el gobierno argentino, hoy hay nuevas oportunidades para las empresas de ambos países.”, dijo Dressel para enumerar luego las visitas que hicieron funcionarios estadounidenses a este a la Argentina. También destacó sectores de interés como petróleo, gas, minerales críticos, entre otros.
“En materia de seguridad, dimos pasos importantes para compartir información que protege a ambos países. Seguimos colaborando con Argentina en la lucha contra el crimen organizado y trabajamos mano a mano con el sistema judicial en su transición al sistema acusatorio. Compartimos una visión global común, rechazando las dictaduras, apoyando firmemente a Israel y construyendo relaciones con otros países que valoran la libertad y la democracia”, indicó.
La recepción se hizo este año mucho antes del 4 de julio en primer lugar porque el Departamento de Estado sigue estrictamente sus fechas y Dressel tiene que asumir sus funciones como embajadora ante Mozambique, en los hechos un importante ascenso para ella. Y como la sede se queda sin encargado de negocios y no hay embajador, el encuentro fue mucho más discreto que otros años.
La Embajada quedará ahora a cargo de Heidi Gomez, una funcionaria de carrera que será la nueva encargada de negocios y que ya trabajó en la Argentina como consejera política.
Ocurre que al asumir Donald Trump el poder, Mark Stanley ahora dejó su cargo como embajador de la administración demócrata de Joe Biden, y la sede diplomática quedó sin jefatura. Trump nombró al Peter Lamelas para encabezar la embajada de la potencia, que hasta el momento venía a cargo de Dressel .
Pero se desconoce cuándo llegará Lamelas porque si bien su pliego entró al Senado, todavía no tuvo su audiencia para que pueda ser confirmado-
Dressel viene siendo agasajada por el arco político, económico y diplomático. La semana pasada Ariel Blufstein, relacionista diplomático, le organizó otro encuentro para un grupo de amigos diplomáticos de la encargada de negocios.
Aunque él mismo le dijo a Donald Trump en febrero de 2024 que deseaba verlo como Presidente de los Estados Unidos tras los comicios estadounidenses de noviembre de 2024, Javier Milei mantuvo estrechas relaciones políticas y técnicas con la administración de Joe Biden, que le mandó cantidad de funcionarios a Buenos Aires aunque nunca se dio una bilateral presidencial. Vinieron desde el ex secretario de Estado, Antony Blinken, a la ex jefa del Comando Sur, Laura Richardson. La guerra en Ucrania y la relación privilegiada de Washington con Benjamín Netanyahu, el otro aliado de Milei, ocuparon entonces el centro de la escena en la relación con EE.UU.
Ahora, con Trump ocurrió lo mismo, pero el mundo es otro. La suba de aranceles dispuesta por el republicano y su economía proteccionista obligaron al gobierno argentino a reconfigurar su deseo de firmar un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos aunque ello signifique salir del Mercosur.
Aunque en el Gobierno esperaban para abril y mayo una invitación de la Casa Blanca para la bilateral ansiada aquí entre Trump y Milei, esto todavía no acurrido. Con todo, Trump apoyó fuertemente al gobierno libertario para obtener un nuevo préstamo ante el Fondo Monetario internacional por U$S 20.000 millones.
Entonces, Washington puso sobre la mesa las relaciones argentinas con China, las que se han enfriado pero no empeorado. Hubo importantes visitas de la administración Trump en estos cinco meses: el secretario del Tesoro, Scot Bessent, el jefe del Comando Sur Alvin Holsey, y el secretario del Departamento de Salud, Robert F. Kennedy Jr, con quien el Gobierno ratificó su intención de salirse de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y con quien tiene intenciones de crear una agencia paralela.
