En medio de la misión del Fondo Monetario Internacional, el Gobierno reveló que incumplirá otra de las proyecciones que aparecen en el programa estrenado hace poco menos de tres meses. Se trata de la cuenta corriente de la balanza de pagos, un indicador que mide el ingreso y la salida de dólares de la economía (bienes, servicios, rentas y transferencias) y que para este año arrojará un déficit un 400% superior a lo previsto en los papeles, según el recálculo oficial.
“Vivimos la crisis de Rusia, Tailandia, la Unión Europea, el elemento común es un gran déficit de cuenta corriente, pero importa la calidad, la razón y la magnitud, un déficit del 2% en un país que crece al 6% (por Argentina) es algo absolutamente esperable, porque el déficit de cuenta corriente es la diferencia de todo el ingreso y lo que gasta el país o la diferencia entre ahorro e inversión”, dijo esta mañana el viceministro de Economía, José Luis Daza.
El funcionario compartió ese pronóstico en el foro económico de Argentina organizado por el Instituto Internacional de Finanzas (IIF) en el Banco Galicia, lo que representa un rojo en el sector externo cuatro veces superior al rojo del 0,4% del PBI estipulado para 2025 en el último staff report con el Fondo. Allí, se habla de “un ligero déficit este año, lo que refleja términos de intercambio menos favorables y una recuperación cíclica de la demanda interna”.
“¿Que vemos? Desahorro generado por el fisco y, por el lado del gasto, aumentando la inversión. Vamos a seguir monitoreando el déficit de cuenta corriente, pero nos sentimos cómodos. Hay un componente de gasto, pero en gran medida es explicado por la inversión. Si ven la región van a ver países con déficits de 2,5% y 3% del PBI, pero creciendo al 2%”, explicó Daza, y mencionó los desbalances externos durante la última crisis financiera de España (14%), Rumania (18%) y México (7%).
Si bien se trata de una proyección y el Gobierno no está obligado a cumplir una meta, el número es seguido de cerca por las autoridades del Fondo y los bancos de inversión en Wall Street. “Ese dato no lo había visto antes”, se sorprendió un economista presente en la charla.
Las explicaciones del equipo de económico se conocieron luego del dato de la balanza de pagos del INDEC que arrojó un déficit externo de casi US$ 5200 millones en el primer trimestre de 2025, dejando atrás los superávits de 2024 y equivalente al 0,7% del PBI del primer trimestre, según el cálculo de Outlier.
“Ahora una cuestión a considerar es que el dato del PIB trimestral está anualizado, el PBI siempre es un dato anual. Con lo cual, una comparación consistente nos habla de un déficit de CC de casi 3% del PBI durante el primer trimestre de 2025 que es muy superior al 0,4% explicitado por el FMI en el último acuerdo e, incluso, a nuestro 1,5/2%”, señaló la consultora.
La salida de dólares obedece a un menor superávit comercial de bienes por el aumento de importaciones, un mayor déficit en servicios por el mayor turismo en el exterior y mayores importaciones de servicios, y un déficit de los ingresos primarios o rentas, un cuadro motivado por el “dólar barato” que abarata la compra de bienes y servicios importados y los gastos en el exterior, y encarece las exportaciones.
De acuerdo con el INDEC, la mayor parte del financiamiento provino de desarme de activos externos y mayor endeudamiento. “En ese sentido, el sector público consolidado (Banco Central y sector público) aportó una reducción de activos netos (activos en moneda extranjera – pasivos en moneda extranjera) de más de US$ 4.500 millones consistente con la caída de reservas, el REPO y las cancelaciones de capital de Bonares y Globales de dicho período. El resto lo puso el sector privado”, señaló Outlier.
Daza también se refirió al esquema cambiario y los cuestionamientos por la intervención en el mercado del dólar futuro. “Hoy tenemos un tipo de cambio flotante, los argentinos no están acostumbrados en donde no hay control de precios, control de cambios, no hay fijación de precios, ni de tipo de cambio, y no están acostumbrados donde el tipo de cambio flota“, afirmó.
Y agregó: “Entiendo que la población que no es especializada no comprenda y cuando ve poca volatilidad, digan ‘esto está controlado’. El tipo de cambio no está planchado, no esta controlado, esta flotando y se va a determinar por la oferta y demanda de dólares”.