La del viernes por la mañana en una casa del Barrio Progreso, en Guaymallén, Mendoza, parecía una escena de lo más normal: dos hermanos, de 14 y 10 años, jugaban en el patio. De pronto, todo cambió. La madre de ambos escuchó una detonación en ese lugar de la casa y se enteró de lo peor: sus hijos estaban jugando con un arma de fuego y el menor de ellos le disparó por accidente al mayor. El chico de 14 quedó internado en estado crítico.
En la denuncia policial, la madre relató que el viernes estaba dentro de su casa cuando escuchó un estruendo en la zona del patio, en donde estaban sus hijos. Al salir asustada por el ruido, vio a su hijo mayor herido en el piso. El joven aclanzó a explicarle que habían estado jugando con una pistola que les habría dado un compañero de escuela. Accidentalmente, su hermano de 10 años lo había baleado a la altura del cuello.
Los agentes de la Policía de Mendoza llegaron a la casa, en el Barrio Progreso, más de seis kilómetros al este de Guaymallén (y a 10 de Mendoza capital). Allí constataron lo relatado por la mujer. Sin embargo, la pistola calibre 22 no aparecía porque el menor de los niños, aterrorizado, se había desprendido de ella. Ambos menores fueron trasladados al Hospital Pedriátrico Humberto Notti, en Guaymallén, para ser atendidos.
El chico de 14 años sufrió una herida de arma de fuego con orificio de entrada pero no de salida, que le provocó lesiones graves en la tráquea y en la columna vertebral. Debió ser operado y continúa en estado crítico. El menor, en tanto, sólo fue trasladado para un control de salud.
Interviene desde el viernes la Oficina Fiscal N°1 de Guaymallén, que dispuso que se realizaran rastrillajes en los alrededores de la casa para dar con el arma que el menor de los nenes arrojó después del disparo.
Pasaron horas hasta que, el viernes a la noche, la abuela de los niños, una mujer de 47 años, se acercó hasta el Hospital Notti con un arma en sus manos. Declaró que se trataba de la pistola con la que jugaban sus nietos. Se trata de un arma calibre 22 marca Ataque, sin balas, que, según declaró la mujer luego a la Policía, su nieto menor habría arrojado a un descampado que limita con su casa, con el patio en que jugaba con su hermano.
La Policía de Mendoza, a su vez, secuestró de inmediato la pistola y la peritó. Este sábado informó que el arma no está reglamentada ni tiene tampoco antecedentes, al menos en los registros oficiales.
