Con el avance del invierno y el uso intensivo de artefactos a gas en los hogares argentinos, aumenta el riesgo de intoxicaciones por sustancias invisibles pero peligrosas. Una de ellas es el gas propano, un compuesto inflamable, incoloro e inodoro que, si se inhala o manipula incorrectamente, puede provocar síntomas graves e incluso la muerte.
En este contexto, conocer los riesgos, los síntomas y cómo actuar ante una posible exposición puede marcar la diferencia entre una situación controlada y una emergencia de alto riesgo.
El propano se utiliza comúnmente en garrafas y tubos para calefacción, cocción y calentadores de agua, especialmente en zonas donde no hay acceso a la red de gas natural. Si se inhala en espacios cerrados o con poca ventilación, puede desplazar el oxígeno en los pulmones, dificultando la respiración y provocando hipoxia (falta de oxígeno en los tejidos).
En estado líquido, el contacto directo con la piel también puede causar lesiones similares a quemaduras por frío extremo.
Según señala el sitio Medline Plus, los signos de intoxicación varían según la forma de exposición (inhalación, contacto con la piel o ingestión). Entre los síntomas más frecuentes se encuentran:
Cualquier sospecha debe ser atendida de inmediato.
En caso de sospechar exposición al propano:
Aunque suelen confundirse, el propano y el monóxido de carbono (CO) tienen efectos distintos. Mientras que el propano desplaza el oxígeno en los pulmones, el CO se combina con la hemoglobina de la sangre impidiendo el transporte de oxígeno en todo el cuerpo.
Los síntomas por intoxicación por monóxido de carbono son: cansancio, dolor de cabeza, náuseas, somnolencia y, en casos severos, convulsiones, coma o muerte. Es clave ventilar bien los ambientes y no dejar artefactos encendidos durante la noche.
En Argentina, ante una emergencia por intoxicación, se puede contactar al:
Se recomienda tener a mano estos datos:
Para evitar accidentes, expertos en seguridad domiciliaria y salud recomiendan seguir estas 8 medidas preventivas esenciales:
1. Asegurá una buena ventilación en ambientes cerrados. Aunque haga frío, es fundamental mantener una ventana entreabierta en los espacios donde haya artefactos de combustión. Esto permite el ingreso de oxígeno y la renovación del aire.
2. Hacelo revisar por un gasista matriculado una vez al año. Todos los artefactos que funcionan a gas (calefones, estufas, termotanques, cocinas) deben ser verificados anualmente por un profesional habilitado. Lo ideal es hacer esta revisión antes del invierno, cuando comienza el uso más intensivo.
3. Observá el color de la llama. La llama de los artefactos a gas debe ser siempre azul. Si se torna amarilla o anaranjada, puede estar produciendo monóxido de carbono debido a una mala combustión.
4. Mantené las hornallas limpias. Los restos de comida y grasa pueden obstruir los quemadores y generar combustión deficiente. Limpiá regularmente las hornallas para garantizar su buen funcionamiento.
5. En dormitorios, usá solo estufas de tiro balanceado. Las estufas de tiro balanceado están diseñadas para evitar el consumo de oxígeno del ambiente interno. Son las únicas permitidas en espacios donde se duerme, según las normativas de gas en Argentina.
6. Con gas envasado, la ventilación debe estar cerca del piso. Si usás garrafas o tubos de gas, asegurate de que la ventilación esté a nivel del suelo, ya que el gas propano es más pesado que el aire y puede acumularse en la parte baja del ambiente.
7. Nunca instales calefones ni estufas en baños. Los espacios cerrados como baños no son aptos para instalar artefactos de combustión. El riesgo de intoxicación aumenta considerablemente en ambientes sin ventilación.
8. Usá un detector de monóxido y controlá que funcione. Los detectores de monóxido de carbono son un aliado clave. Verificá regularmente que estén encendidos y operativos, especialmente en ambientes con calefacción a gas.