Un hallazgo arqueológico reveló cómo y cuándo llegaron los perros domésticos a Sudamérica. La investigación muestra que estos animales no acompañaron a los primeros humanos del continente, sino que llegaron mucho después.
El estudio, en el que participaron dos investigadores del CONICET, analizó restos óseos en distintas regiones y demostró que el ingreso de los perros coincidió con la aparición del maíz y el inicio de la vida sedentaria en el Cono Sur.
El análisis incluyó restos de 70 perros de 43 sitios arqueológicos, desde México hasta la Patagonia. Los datos indican que el ingreso de estos animales al sur del continente ocurrió entre 5 mil y 7 mil años atrás. En cambio, los primeros asentamientos humanos en la región superan los 14 mil años de antigüedad.
La coincidencia entre la llegada de los perros y la introducción del maíz sugiere un vínculo directo con las sociedades sedentarias. A diferencia de lo que ocurrió en América del Norte, donde los canes llegaron junto con los primeros pobladores, en Sudamérica su incorporación se dio más tarde y en otro contexto cultural.
Claves del hallazgo arqueológico:
Los perros acompañaron a los grupos humanos en momentos clave de su evolución cultural. Cumplieron funciones sociales, simbólicas y prácticas. Con la llegada de los colonizadores europeos, muchas de esas poblaciones desaparecieron y su legado genético quedó casi eliminado.
Investigaciones como esta permiten reconstruir no solo el origen de los perros en Sudamérica, sino también el modo en que los humanos vivieron, se movieron y cambiaron sus hábitos a lo largo del tiempo.