Carlos Salvador Bilardo forma parte de las páginas más gloriosas en la historia del fútbol argentino, un personaje lleno de anécdotas, triunfos e incluso polémicas, siempre presente en el corazón de los hinchas de la Selección. A los 87 años de edad, el querido Doctor se encuentra retirado del ambiente, afectado por un trastorno neurológico que lo mantiene recluido en un departamento del barrio de Caballito, bajo el cuidado de su familia y amigos.
Fue en 2018 cuando el Narigón se alejó de la vida pública, afectado por un síndrome de Hakim-Adams, o hidrocefalia de presión normal (HPN), que se caracteriza por el deterioro cognitivo. Desde ese momento, su día a día quedó reservado para sus seres queridos y la gente del fútbol que se acerca a visitarlo, como los campeones de México 86, con quienes vivió y gozó a su manera la tercera estrella obtenida por Lionel Messi y Scaloni en el Mundial de Qatar.
Uno de esos íntimos es Miguel Ángel Lemme, amigo personal e histórico ayudante de Carlos en varios equipos a lo largo de toda su vida. En estos años de lejanía, Lemme se encargó de dar precisiones sobre la actualidad del ex entrenador, como cuando contaba lo difícil que era evitar que se enterara de la muerte de Diego Maradona, quien era como un hijo para Bilardo.
Esta vez, en una entrevista radial, Lemme reveló que Bilardo ya no lo reconoce: “Carlos a mí no me reconoce, ya no reconoce a nadie. Salvo, a veces, que confunde a la hija con la esposa”, contó en Súper Deportivo Radio, transmisión que se emite en la provincia de Santa Fe. “Yo dije siempre que el día que no me reconozca, no voy más. Pero es mas fuerte que yo. No lo puedo dejar”, confesó el exfutbolista, campeón en Estudiantes del año 1982, con Carlos como DT.
“Estuve el sábado pasado con él, merendamos y luego llegó la hija con los nietos”, relató Lemme, y siguió: “Yo me quedé un ratito porque cuando llega la familia, me voy. Dentro de todo, está bien. La enfermedad que tiene no es recuperable pero yo lo veo bien”.
Lemme, de 72 años, resaltó el compromiso que siente con quien fuera su entrenador y se convirtió en un amigo: “Siempre voy a estar al lado; él tuvo 200 mil personas al lado y siempre me buscó a mí. Fue una conexión en aquel año 82 que dura hasta ahora. Yo no lo voy a dejar. Ni loco le suelto la mano como él no me la soltó a mí. Antes iba de lunes a viernes a visitarlo, ahora voy tres veces por semana porque me hace mal. Voy, tomo un café, le hablo… Siempre que llego, le canto: ‘Es el equipo del Narigón’. Lo beso y lo abrazo”.
Por último, Lemme repasó una situación muy emotiva que vivió con Bilardo en una de sus últimas charlas: “El sábado le pregunté cómo estaba. Estaba durmiendo y de repente me pregunta: ‘¿Qué hacemos acá?’. Y yo le digo: ‘¿Dónde querés estar? ¿Dónde estábamos antes?’ y él me contesta: ‘Sí, sí…’. Ahí exploté. Hay días que me vuelvo llorando a casa, me quedo re mal…”.