Esta semana, Netflix estrenó el documental Fiasco total: El niño del globo, dirigido por Gillian Pachter e integrante de la serie sobre desastres mediáticos Trainwreck. El film relata el supuesto vuelo en globo aerostático de Falcon Heene, un niño que captó la atención de la prensa y que, con el correr de las horas, resultó ser parte de una estafa organizada por sus padres para ganar notoriedad.
El hecho ocurrió el 15 de octubre de 2009 en el pueblo de Fort Collins, Colorado. Ese día, Richard y Mayumi Heene —padres de Falcon— alertaron a la Policía y a los medios de comunicación sobre la desaparición de su hijo, al asegurar que había escapado a bordo de un globo aerostático casero.
Richard Heene era aficionado a las tormentas y durante años se dedicó a perseguirlas, con el objetivo final de aparecer en televisión. Si bien llegó a recopilar material para presentar proyectos, ninguno prosperó y su obsesión por la fama se intensificó. Aunque él y su familia ya habían participado en el reality Wife Swap, quería ir por más.
Autodefinido como inventor, combinó su fascinación por los ovnis con la producción de montajes televisivos que apuntaban a hacerlo conocido. Esa desesperación por ser famoso lo llevó a construir un globo con forma de platillo volador, el mismo que protagonizaría el escándalo.
Al mediodía del 15 de octubre, miles de personas observaron cómo el globo sobrevolaba gran parte del pueblo. Sin conocer su origen, muchos vecinos alertaron a las autoridades, aunque estas ya habían recibido una llamada de Mayumi Heene, quien aseguraba que su hijo Falcon había subido al artefacto y se había alejado volando.
Ante la alarma, la Policía logró detener el globo a casi 100 kilómetros de la casa de los Heene. Pero al revisarlo, no encontraron al niño. Inmediatamente, comenzaron un operativo de rastrillaje, y cinco horas más tarde, Falcon apareció escondido en el altillo de su casa.
La cobertura del caso acaparó la atención de medios locales y nacionales. Durante una entrevista televisiva, un periodista le preguntó a Falcon por qué se había escondido. El niño respondió: “Ustedes dijeron eso, lo hicimos por el espectáculo”.
Esa declaración desencadenó una causa judicial contra sus padres. Richard fue condenado a 90 días de prisión y debió pagar una multa de 36.000 dólares por haber movilizado a las autoridades. Mayumi, por su parte, cumplió una pena en una prisión de fin de semana. Una vez saldados los cargos, ambos debieron realizar tareas comunitarias.
En 2020, el gobernador de Colorado, Jared Polis, indultó al matrimonio, aunque ellos no respondieron públicamente al gesto. Luego del escándalo, su vida cambió por completo. Se mudaron a Florida e intentaron empezar de cero, lejos del ojo mediático. Sin embargo, su historia volvió a resonar gracias al documental de Netflix.
En 2019, el periodista Robert Sanchez, de la revista 5280, inició una investigación a diez años del caso. Su objetivo era conocer cómo vivía la familia tras el escándalo. Según su informe, los Heene se abocaron a la crianza de sus tres hijos y optaron por trabajos de bajo perfil, con excepción de Falcon.
Hace dos años el joven volvió a llamar la atención con un proyecto industrial de construcción de mini casas. Aunque no es una celebridad ni cuenta con millones de seguidores, logró ganarse cierta popularidad en Instagram y desprenderse, en parte, del apodo de “niño globo”.
