En muchas cocinas argentinas no puede faltar una planta de albahaca en la ventana o en el balcón. Sus hojas verdes y fragantes son la clave para hacer un buen pesto, coronar una pizza casera o darle un toque fresco a cualquier ensalada. Sin embargo, quienes la cultivan saben que es una planta de vida corta: la típica albahaca que usamos —Ocimum basilicum— florece, se seca y muere en una sola temporada.
Como bien explica el experto en jardinería Felipe Castro: “la albahaca más común es de primavera/verano, con lo cual, cuando viene el frío o cuando da flores es muy normal que termine su ciclo y se termine muriendo”. Pero hay buenas noticias: existe una especie que desafía las reglas.
Se trata de “la albahaca inmortal”, una variedad que no solo vive muchos años, sino que también resiste el invierno y sigue produciendo hojas aun después de florecer.
La protagonista de esta nota se llama Ocimum Kilimandscharicum, aunque también se la conoce como albahaca africana o albahaca de Kenia. Según cuenta Felipe al sitio web El Mueble, “que sea perenne significa que dura muchos años y que no se muere ni cuando viene el invierno ni cuando florece. Va a ir rebrotando siempre y va a ir sacando ramas nuevas”.
Originaria de las zonas altas del este de África, esta planta es un híbrido natural entre la albahaca común y una variedad local del monte Kilimanjaro. Una de sus grandes ventajas es que, aunque sus hojas son un poco más pequeñas, su aroma es más intenso y con matices que recuerdan al eucalipto y al alcanfor.
“Es ideal para pestos o condimentar todo el año ya que tiene un sabor y un aroma muy fuerte”, dice el experto. Y como es perenne, no hace falta volver a sembrarla cada vez que empieza el calor.
Otra buena noticia es que la albahaca inmortal se cuida casi igual que la común. No hace falta ser un jardinero profesional para que crezca sana y fuerte. Felipe lo resume así: “Los cuidados de la albahaca perenne son básicamente los mismos que los de la común: ponerlas al sol con un suelo con buen drenaje y si está en maceta que mida mínimamente 30 – 50 centímetros de profundidad”.
A continuación, algunos tips prácticos para que tu planta dure años: