Una gran parte de Estados Unidos comenzará este lunes 21 de julio bajo un calor sofocante, tormentas eléctricas peligrosas y condiciones climáticas inusuales en algunas regiones. Desde el noroeste hasta el sureste, como en Florida, los patrones meteorológicos reflejarán contrastes extremos entre temperaturas récord, riesgo de inundaciones repentinas, posibles tornados.
Un fenómeno conocido como Dog Days of Summer se intensificará en dos tercios del territorio estadounidense, especialmente sobre el sur profundo, las llanuras centrales y el sureste. Una poderosa cúpula de calor se consolidará sobre el sur y se expandirá hacia el Valle del Mississippi, lo que hará que la temperatura y la humedad se conviertan en un riesgo significativo para la salud pública.
Las temperaturas alcanzarán máximas diarias elevadas, con mínimas inusualmente cálidas durante la noche, lo que impedirá una adecuada recuperación térmica. En estados como Mississippi, Alabama, Georgia, Louisiana, Arkansas y el este de Texas, los índices de calor oscilarán entre los 100 °F (38 °C) y 110 °F (43 °C), y algunas zonas podrían registrar sensaciones térmicas de hasta 115 °F (46 °C).
A lo largo de las llanuras del norte y partes del Medio Oeste, la inestabilidad atmosférica y la entrada de humedad desde el Golfo impulsarán la formación de tormentas eléctricas de alta intensidad. Estas podrían generar ráfagas de viento dañinas, granizo de gran tamaño e incluso tornados en ciertas zonas.
Mientras el calor se apodera del sur y las tormentas amenazan al norte, las lluvias intensas llevarán riesgos de inundaciones a distintas partes del país norteamericano. Un patrón en forma de “anillo de fuego” dominado por una cresta de alta presión en el sur facilitará el ascenso de humedad tropical hacia el centro del territorio, en conjunción con una serie de perturbaciones atmosféricas en el norte.
Más allá del territorio continental, el Centro Nacional de Huracanes informó sobre una zona de baja presión ubicada a unos 1100 kilómetros al sudeste de las Antillas Menores.
Aunque las lluvias y tormentas asociadas mostraron poca organización en las últimas horas, aún existe una baja probabilidad (20%) de que este se convierta en ciclón tropical en los próximos días.
El sistema se moverá hacia el noroeste a velocidades entre 16 y 24 kilómetros por hora. Sin embargo, las condiciones ambientales se volverán menos favorables para su desarrollo a medida que avance en el tiempo.