En los últimos meses, a partir de una denuncia penal por una situación que data de casi 45 años, que es el volcado de los efluentes cloacales al río Baradero, el Municipio aceleró las gestiones para iniciar un proyecto más para llegar, si es posible, a una solución para las próximas décadas.
La finalidad es construir una nueva planta, acondicionar parte de las tres redes madres existentes y otros tramos secundarios, que garanticen una solución a la crisis actual.
No es llamativo que el sistema cloacal no responda debidamente, y menos aún que no exista tratamiento de los efluentes. En algunos barrios está colapsado.
¿Cuánto cuesta tener una nueva planta depuradora? Ese es el gran interrogante, porque un emprendimiento de esta magnitud, pensando para 60 mil habitantes y proyectado para 20 años más, implica un desembolso millonario en dólares.
Además, el Municipio no podría, de ninguna manera, emprenderlo sin financiación, que en estos casos debería ser externa. En el Departamento Ejecutivo no tienen precisión, pero sí una aproximación.
“Hoy estamos hablando de entre 18 y 22 millones de dólares”, indicó un funcionario del Palacio Municipal.
“Solo nos queda ir a buscar dinero afuera. Podría ser la Provincia, si está condiciones de aportar semejante cifra; si no, se tendrá que recurrir a un crédito de un organismo del exterior”, explicaron.
Esto se ubicaría dentro de lo habitual: sólo un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), de tasas muy bajas, es lo que puede financiar este emprendimiento a largo plazo.
Para ello hay que contar con algo no menos importante: la capacidad de endeudamiento del Municipio. Si no es solvente, será complicado.
Ya no existe la alternativa del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento (ENOHSA), liquidado por el Gobierno de Javier Milei, considerado un “antro de corrupción”.
Por el momento, se cuenta con la Consultora 5 de Septiembre y hay una serie de estudios que se realizaron, como toma de niveles, mediciones, apertura de cámaras, análisis de conexiones, flujo y calidad del agua, entre otros.
Después de la última reunión, los equipos técnicos emprendieron una recorrida por distintos puntos estratégicos para relevar zonas de conflicto, sectores a intervenir y posibles ubicaciones para la futura estación de bombeo.
Para la ubicación de la planta se anliazaron varios terrenos, que por ahora prefieren no divulgarlos.
Por el momento, este es el estado de un proyecto que, en caso de no descarrilar por diferentes motivos, recién podría comenzar a ver la luz dentro de dos años.
Pero antes, en el paso a paso, la consultora tiene aún alrededor de seis meses para la presentación del proyecto técnico.
A pocos meses de haberse inaugurado, la planta depuradora de calle de Rómulo Naón comenzó a presentar problemas mecánicos y, desde entonces, nunca más funcionó.
Hubo intentos por reacomodar el sistema, por momentos se convirtió en un “trofeo político” y en otros se trató de recuperar la “mole de cemento” con la esperanza de ver que una gran inversión no había sido en vano.
Pero, con el paso de los años, la tecnología avanzó y lo que estaba construido no tenía sentido recuperarlo. Cualquier otro intento de su época implicaba un costo menor que reparar lo existente, porque la infraestructura también se reducía notoriamente.
Hubo estudios llevados a cabo por consultoras especializadas y diseños que también se adaptaron a la realidad de San Pedro, con una densidad poblacional cada vez mayor y una extensión de la traza urbana que demandaba su atención.
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