TURNBERRY, Escocia.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el lunes que establecía un nuevo plazo de 10 o 12 días para que Rusia termine la guerra en Ucrania, subrayando su frustración con el mandatario ruso, Vladimir Putin, por prolongar los enfrentamientos entre los dos países.
Desde Escocia, donde se reúne con líderes europeos y juega al golf, Trump se mostró decepcionado con Putin y redujo el plazo de 50 días que había establecido el 14 de julio.
“Voy a establecer un nuevo plazo de unos… 10 o 12 días a partir de hoy”, declaró Trump a periodistas durante una reunión con el primer ministro británico, Keir Starmer. “No hay motivo para esperar… Simplemente no vemos ningún progreso“, lamentó el presidente norteamericano.
Mientras tanto, un ataque aéreo nocturno lanzado por las fuerzas rusas sobre Kiev dejó ocho heridos, entre ellos un niño de tres años, según informaron el lunes las autoridades de la capital ucraniana.
El bombardeo se produjo poco después de la medianoche del lunes y obligó a activar las alertas aéreas en gran parte del país. Cuatro de los heridos debieron ser hospitalizados, uno de ellos en estado grave, precisó el jefe del gobierno militar de Kiev, Timur Tkachenko, a través de la aplicación Telegram.
La capital y buena parte del territorio ucraniano permanecieron durante varias horas bajo amenaza, luego de que las Fuerzas Aéreas advirtieran sobre el lanzamiento de misiles y drones rusos.
En paralelo, la aerolínea estatal rusa Aeroflot se vio forzada a cancelar decenas de vuelos el mismo lunes tras sufrir un ciberataque. La acción fue reivindicada por un grupo de piratas informáticos proucraniano y provocó reacciones en Moscú.
“Debemos recordar que la guerra contra nuestro país se libra en todos los frentes, incluido el digital”, advirtió el parlamentario ruso Anton Gorelkin en un comunicado, al calificar el ataque como una llamada de atención para el Kremlin.
El presidente estadounidense ha reiterado en numerosas ocasiones su frustración con Putin por los continuos ataques contra Ucrania, pese a los esfuerzos de Washington por alcanzar un alto el fuego y poner fin a la guerra.
Antes de regresar a la Casa Blanca en enero, Trump había prometido resolver el conflicto —que ya lleva tres años y medio— en apenas 24 horas.
“Estoy decepcionado con el presidente Putin”, declaró Trump este lunes ante periodistas. “Voy a reducir esos 50 días que le di a un número menor, porque creo que ya sé la respuesta de lo que va a pasar”, añadió, en alusión al plazo que había mencionado previamente para lograr un acuerdo de paz.
El plan incluye posibles sanciones y aranceles secundarios dirigidos a los socios comerciales de Moscú. El anuncio formal se hará más tarde el lunes o el martes, indicó Trump.
No obstante, el presidente estadounidense, que también ha expresado su malestar con el mandatario ucraniano Volodimir Zelensky, no siempre ha sido coherente entre sus declaraciones y sus acciones respecto a Rusia. A menudo ha recordado con insistencia la buena relación que, según él, mantuvo con Putin durante su primer mandato.
“Pensábamos que lo habíamos arreglado muchas veces, y entonces el presidente Putin va y empieza a lanzar cohetes sobre alguna ciudad como Kiev y mata a mucha gente en una residencia de ancianos o donde sea”, afirmó Trump. “Y yo digo que esa no es la manera”.
No hubo comentarios inmediatos del Kremlin.
En paralelo, la aerolínea estatal rusa Aeroflot anunció la cancelación de más de 40 vuelos —la mayoría dentro de Rusia, pero también con destino a Minsk, capital de Bielorrusia, y Ereván, capital de Armenia— tras reportar una falla en sus sistemas informáticos. Al menos otros diez vuelos sufrieron retrasos, aunque la compañía no precisó cuánto tiempo demandaría la solución del problema.
El incidente fue atribuido por un supuesto comunicado del grupo de piratas informáticos Silent Crow, que aseguró haber actuado junto al colectivo bielorruso Cyberpartisans BY, en represalia por la guerra en Ucrania. “¡Gloria a Ucrania! ¡Viva Bielorrusia!”, afirmaba el mensaje, cuya autenticidad no pudo ser verificada de forma independiente. Tampoco hubo reacciones inmediatas por parte del gobierno ucraniano.
Silent Crow ya había reivindicado este año otros ciberataques dirigidos a infraestructuras rusas, incluyendo una base de datos inmobiliaria, una empresa estatal de telecomunicaciones, una aseguradora, el departamento de informática del gobierno de Moscú y la oficina local del fabricante surcoreano de automóviles KIA. Varios de estos ataques derivaron en filtraciones masivas de datos.
Según el comunicado difundido por el grupo, la operación contra Aeroflot fue el resultado de un trabajo encubierto de un año que logró penetrar profundamente en la red interna de la aerolínea, destruir 7000 servidores y tomar control de computadoras personales, incluso de altos ejecutivos. Como prueba, los atacantes publicaron capturas de pantalla de directorios supuestamente extraídos del sistema informático de la compañía y amenazaron con divulgar “los datos personales de todos los rusos que hayan volado alguna vez con Aeroflot”.
“La información que estamos leyendo en fuentes públicas es bastante alarmante. La amenaza de los hackers sigue siendo un riesgo para todas las grandes empresas que prestan servicios a la población”, reconoció el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov.
Agencias AFP y Reuters