El mejor lugar de la casa para proteger los ahorros, atraer buena energía y fomentar la abundancia, según el Feng Shui, no se elige al azar. Esta filosofía milenaria propone prácticas concretas para ordenar los espacios y potenciar la estabilidad económica desde lo simbólico.
En esta disciplina oriental, el modo en que se disponen los objetos en el hogar influye sobre el bienestar material. Por eso, quienes siguen estas enseñanzas buscan alinear el entorno con sus metas financieras.
Dentro del mapa energético del Feng Shui, la zona sureste del hogar representa el rincón vinculado al crecimiento financiero. Es allí donde se concentra la energía que impulsa la prosperidad.
Guardar los ahorros en ese sector del espacio contribuye a sostener y aumentar los ingresos con más fluidez. Este sector debe mantenerse ordenado, limpio y con elementos que refuercen la idea de abundancia.
Algunos ejemplos incluyen plantas de hojas redondeadas, recipientes de materiales nobles o detalles decorativos que evoquen riqueza sin ostentación.
La práctica sugiere evitar lugares como baños o cocinas para guardar dinero. En cambio, los ambientes tranquilos, con poca circulación y destinados al descanso o la introspección, fortalecen la permanencia del dinero.
Esta práctica milenaria enseña que el dinero también necesita ser valorado desde el entorno donde se lo guarda. Espacios sucios, desordenados o con objetos en mal estado debilitan la intención de sostener la riqueza.
En cambio, cuando el dinero ocupa un rincón cuidado, se transforma en símbolo de respeto y se alinea con la voluntad de crecimiento. No se trata solo de ocultarlo, sino de alojarlo en un contexto que lo honre.