El 1 de agosto es el día de la Pachamama, histórica celebración de las culturas originarias latinoamericanas de la región andina, y entre las prácticas ancestrales para festejar la conexión con la naturaleza está el consumo de caña con ruda, heredado de las comunidades del nordeste del país.
Este año, un vecino que sigue la antigua tradición preparó dos botellas para que quienes quieran compartir los tres traguitos puedan hacerlo en La Opinión.
Con la botella dispuesta y vasitos para convidar, la buena onda se expande para todos los que quieran pasar en ayunas y caminando —rige la ley de alcohol cero al volante— tanto el viernes como el sábado, durante la emisión de Sin Galera, por Liniers 71.
El ritual para prevenir la “mala racha” comienza un año antes con la preparación de la bebida para honrar a la Madre Tierra en la fecha que coincide con el inicio del año agrícola en las comunidades originarias.
La base es una botella de caña de durazno a la que se agregan ramitas de ruda macho, cascaritas de naranja y otros aditivos que permiten alejar la mala suerte y los malos presagios, además de promover la salud y las alegrías a quien beba tres sorbos.
El ritual pasó de generación en generación desde los pueblos originarios de Misiones y Corrientes, donde las tribus lo preparaban con diferentes ingredientes y recetas magistrales.
En los últimos años, la preparación de esta bebida ha generado emprendimientos familiares que respetan la tradición y permiten adquirir a buen precio pequeños envases para cumplir el ritual sin riesgos de borrachera.
Son varios los países del sur de América que cumplen el ritual de homenaje a la Pachamama cada 1 de agosto tomando pequeñas dosis del brebaje y anticipando un buen período próximo.
Quienes olviden la fecha, según la tradición, tienen la ventaja de poder tomar los tres tragos dentro de los 15 días de la fecha indicada para recibir las bonanzas de la bebida.
Puede interesarte