Una victoria judicial de la provincia de Entre Ríos que permitió recuperar para la propiedad estatal unas 5450 hectéras en la zona de islas trajo a la memoria la situación de decenas de familias sampedrinas que sufrieron, en su momento, el embate de quienes pretendían quedarse con la propiedad insular frente a las costas de San Pedro.
Periodistas de La Opinión recordaron la investigación llevada a cabo en los primeros años del nuevo milenio, respecto al caso que involucró a la empresa Deltagro, que por entonces explotaba las Islas Las Lechiguanas, contra la población, que durante décadas estaba afincada en la zona.
Se trataba de la firma vinculada a Victorio Gualtieri -el Lázaro Báez de Eduardo Duhalde de los 90-, que por entonces logró hacerse de decenas de miles de hectáreas para diferentes emprendimientos, y que utilizaba el puerto de San Pedro como muelle de cabecera para trasladar maquinarias hacia la zona insular.
Gualtieri intentó la apropiación de las tierras, haciéndole firmar a los pobladores un reconocimiento de su permanencia ilegal, lo cual significaba un elemento sustancial para ser despojados de su terruño en los años siguientes.
La indignación por la injusticia se apoderó del grupo de La Opinión, que emprendió una cruzada que Lilí Berardi, Quique Pareta y Matías San Hilario recordaron orgullosamente en Sin Galera, porque en definitiva estaban ilustrando la ocupación indebida en un predio tan enorme como la impunidad de aquellos poderosos que se creyeron ser dueños de lo que nunca les perteneció.
“Para nosotros, Las Lechiguanas son nuestras más allá de que sean territorio entrerriano, porque son el paraíso natural y productivo que los sampedrinos tenemos”, sostuvo Lilí, contundente definición de lo que sentimos los sampedrinos.
En medio de los incendios de 2008, junto a su equipo realizó un trabajo de campo, con viajes en lancha y equipos de comunicación que estaban lejos de la tecnología de esta época, pero que, en definitiva, igualmente conformó un gran despliegue.
Allí lograron recopilar testimonios de los isleños que habían sido engañados para firmar contratos de comodato, que les quitaban sus derechos sobre la tierra. Estos contratos eran obtenidos con artimañas de los abogados de Gualtieri.
Tras las anécdotas surgieron las reflexiones sobre el rol del periodismo comprometido, en momentos en que muchos se hacen eco de los dichos del presidente Javier Milei: “No hablamos lo suficientemente mal de los periodistas”.
Si buscaban justicia, casi 17 años después lograron parte del cometido -pese a la resolución judicial, aún existe más camino por desandar- con el fallo judicial reciente que declara la restitución de aproximadamente 5.450 hectáreas a la provincia de Entre Ríos.
Si bien la sentencia no recupera la totalidad de las tierras apropiadas, representa una victoria parcial tras años de lucha.
Lili, Quique, Matías y también Rafael Flaiman, aludieron al significado de este fallo, no solo como un triunfo legal, sino como una confirmación de la importancia de lo logrado, de lo que puede alcanzar el periodismo al momento de desplegar su arsenal más poderoso: la búsqueda de la verdad.
Puede interesarte