La Mesa Argentina de Carbono lanzó su Plan de Desarrollo sectorial, con el objetivo de impulsar una estrategia integral para que el país lidere la oferta de créditos de carbono en la región. El acto contó con la presencia de importantes figuras del arco político y legislativo nacional, así como de cámaras empresarias locales e internacionales, embajadas, organismos internacionales y entidades locales de ciencia y sociedad civil.
Hoy nuestro país está ante una oportunidad histórica: transformar su vasto capital natural y productivo en una fuente estratégica de generación de divisas, inversión, empleo y posicionamiento internacional. Y desde la Mesa Argentina de Carbono se busca transformar al carbono en un nuevo motor de desarrollo económico y federal.
La certificación de la captura y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero generan créditos de carbono que se comercializan a nivel nacional e internacional. Los compradores son, principalmente, empresas que buscan equilibrar su huella de carbono, ya sea para cumplir exigencias gubernamentales (mercados internacionales por Art.6 del Acuerdo de París) o por compromisos voluntarios (Mercados Voluntarios).
Un crédito de carbono representa 1 tonelada de CO2eq capturada o reducida mediante acciones que incluyen la producción agropecuaria y forestal, la eficiencia energética, las energías renovables, el transporte y la gestión de residuos, entre otros.
Con especial foco en el sector del carbono agropecuario y forestal, la Mesa Argentina de Carbono impulsa un plan que busca desbloquear entre US$ 460 y 2.377 millones anuales en ingresos por la venta de créditos de carbono y US$ 2.200 millones a 2030 en inversiones para el desarrollo e implementación de proyectos de carbono.
La propuesta del Plan de Desarollo del Sector Carbono no es restrictiva en cuanto a la producción, sino que ve a los proyectos de carbono como un complemento de la producción agropecuaria y forestal, generando financiamiento adicional.
Para generar créditos de carbono no se requiere de inversión o financiamiento público, pero sí se requiere que el Estado pueda garantizar las condiciones para que el sector se desarrolle, tal como sucede en los países vecinos y de la región.
“Hoy nuestro plan abarca principalmente al sector agropecuario y forestal, pero nuestro objetivo es claro: poder ampliar el plan a todos los sectores que participan o podrían participar en la generación de créditos de carbono. Desde energía e industria hasta transporte, todo lo que pueda traccionar el desarrollo del carbono como sector productivo.” expresó Juan Pedro Cano, coordinador de la Mesa.
“A diferencia de lo que ocurre con los países vecinos y de la región, en Argentina aún hay muchas incertidumbres para que sea atractiva y confiable la generación de créditos de carbono. Asimismo, los créditos de carbono argentinos tienen un canal de venta muy acotado ya que por restricciones gubernamentales hoy solo es posible comercializar a través del Mercado Voluntario. Esto no solo hace que el crédito de carbono argentino se venda a precios un 80% más bajos que lo que se podría comercializar en Mercados de Cumplimiento, sino que restringe la posibilidad de desarrollar proyectos estratégicos y de alta escala por no ser viables con los precios del Mercado Voluntario” agregó.
El contexto argentino y la propuesta del Plan de Desarrollo del Sector Carbono
Argentina ha participado, desde 2005, en los mercados de carbono. Hasta el año 2024, se han registrado poco más de 60 proyectos de carbono en total. Esto es casi ínfimo si se compara con la situación a nivel global y regional. A nivel global, existen más de 12.000 proyectos de captura y reducción de emisiones certificados y registrados bajo estándares internacionales.
Por su parte, en Latinoamérica y durante los últimos 5 años se formularon el 22% de los créditos de carbono emitidos en todo el mundo, siendo así la segunda región proveedora de reducciones de emisiones certificadas, especialmente por parte de proyectos en Colombia, Brasil y México. Estos países, como así también recientemente Paraguay, cuentan con normativa vigente o en desarrollo para brindar seguridad jurídica para el desarrollo de proyectos de carbono.
El Plan de Desarrollo del Sector Carbono establece dos hitos principales para generar condiciones diferenciales para que el sector del Carbono agropecuario y forestal se desarrolle en Argentina:
a) Dar mayor seguridad jurídica a los créditos de carbono: al no estar tipificado en las leyes, se debe dar certeza a la propiedad y a la naturaleza jurídica e impositiva de los créditos de carbono. Esto debe hacerse a través de una Ley Nacional para que sea aplicable en todo el país.
b) Abrir canales de venta internacionales: al permitir que los créditos de carbono argentinos se puedan comercializar en los Mercados de Cumplimiento internacionales, es posible lograr precios de venta 80% mayores. Para ello se deben generar acuerdos con países compradores de créditos de carbono, tal como ya lo han hecho otros países de la región.
Según las estimaciones y proyecciones hechas por la Mesa Argentina de Carbono, si en Argentina se generaran créditos de carbono en el 10% de las tierras agropecuarias y forestales del país, podría estimarse preliminarmente que su venta podría representar ingresos anuales por US$ 460 millones. Si este cálculo se lleva al 30% de la superficie agropecuaria y forestal, representaría de US$ 2.377 millones anuales. Estas estimaciones sólo incluyen a los sectores agropecuario y forestal, si se incluye a los sectores de energía, industria y transporte, el flujo económico es aún mayor.
En este sentido, Argentina tiene un gran potencial de no solo cumplir sus compromisos internacionales mediante mecanismos trazables (muy útiles para cumplir con requerimientos de exportación a algunos mercados), sino también puede ser proveedor de reducciones de emisiones al mundo, generando así negocios complementarios para el sector agropecuario, la industria, las energías renovables y la foresto-industria, entre otros.
5 claves del plan
1) Una nueva economía basada en la naturaleza: el carbono no es un pasivo ambiental: es un activo productivo y exportador. A través de proyectos agropecuarios y forestales certificados, Argentina puede generar créditos de carbono de alta integridad con impacto económico real.
2) Divisas sin deuda ni subsidios: bajo la situación actual, los ingresos e inversiones del sector Carbono no superan los USD 10 millones anuales. Si se brinda mayor seguridad jurídica a través de una ley específica, los ingresos podrían alcanzar los USD 460 millones al año. Si además se habilita la venta a los mercados internacionales de cumplimiento, esa cifra puede escalar a más de USD 2.300 millones anuales. Todo ello sin inversión pública.
3) Inversión verde en el territorio: los proyectos no compiten con la producción agropecuaria o forestal: la complementan. Permiten nuevos ingresos sin cambiar el uso del suelo. Con este plan, se podrían movilizar entre USD 2.200 y 3.800 millones en inversiones privadas hacia regiones productivas, con beneficios ambientales y sociales tangibles.
4) Empleo con arraigo: se estiman más de 70.000 nuevos empleos directos e indirectos en viveros, monitoreo, manejo forestal, certificación y tecnologías asociadas.
5) Trazabilidad para el comercio internacional: frente a barreras como el CBAM europeo o las exigencias de trazabilidad en California, los mercados de carbono son clave para promover las exportaciones y evitar sobrecostos de hasta 4.000 millones de dólares anuales.
Liderazgo regional posible
Con visión y decisión, Argentina puede liderar en América Latina la oferta de créditos de carbono confiables, de calidad y con impacto territorial. “No es un costo: es una palanca para el desarrollo federal, inclusivo y moderno. El carbono puede ser el próximo complejo exportador argentino”, sostienen los autores del plan. Enfatizan que “el momento es ahora. La ventana de oportunidad está abierta. Y el mundo está mirando”.