
San Pedro fue una de las paradas en la recorrida que el articulista, escritor y analista territorial Luis Gotte está realizando por diversos municipios bonaerenses. Su llegada a la ciudad está relacionada con el vínculo que mantiene con Damián Mosquera, candidato a concejal de Nuevos Aires, un espacio en el que coincide sobre su mirada en relación a la regionalización de la Provincia de Buenos Aires.
El objetivo de estas visitas es propiciar un espacio de diálogo sobre los desafíos actuales y futuros de la provincia de Buenos Aires, con foco en temáticas como la autonomía municipal plena, el regionalismo productivo, la reforma tributaria, las políticas de poblamiento y la recuperación de pueblos abandonados.
Durante su estadía, Gotte, autor de la trilogía “Buenos Ayres Humana”, abordó con profundidad la problemática de la limitada práctica del federalismo en la provincia. Según sus declaraciones, existe una “desigual distribución de recursos y poder económico entre el interior y las zonas urbanas más desarrolladas”, lo que contradice el principio de equilibrio y armonía que debería generar un sistema federal.
El analista señaló que el “gobierno platense” es el principal beneficiario del Producto Bruto Geográfico, generando una “brecha importante en las condiciones económicas y sociales entre los 135 municipios”, exacerbada por la discrecionalidad en el reparto de recursos. Asimismo, enfatizó que la falta de federalismo y autonomía comunal restringe la implementación de políticas económicas regionalistas, esenciales para fomentar el desarrollo local y reducir las desigualdades.
Gotte propuso que un gobierno genuinamente federal, con autonomías plenas y operando bajo un esquema regional, permitiría una descentralización política y económica. Esto, a su vez, fortalecería la identidad regional, diversificaría la producción e integraría económicamente a las distintas zonas de la provincia. Uno de los beneficios más significativos de esta visión, destacó, sería la creación de nuevas oportunidades de trabajo y progreso que evitarían el éxodo de jóvenes de sus pueblos.
En su análisis, las regiones económicas se presentan como una forma de descentralización y autogestión de los municipios, integrados en un “federalismo intermunicipal” que podría organizarse en una confederación de federaciones municipales. Estas agrupaciones, formadas por municipios de distintas regiones, tendrían como fin “representar y fortalecer los intereses de la propia región en la política provincial”.
Finalmente, Gotte argumentó que la regionalización en un marco federal podría conducir a una mayor y mejor producción alimentaria, al fomentar la diversidad agrícola y ganadera en cada región. Para ello, subrayó la importancia de conocer las características de cada territorio, permitiendo a los productores aprovechar al máximo los recursos naturales y humanos disponibles y logrando así un mayor desarrollo económico regional, con la suma de cadenas de valor y mayores oportunidades de rentabilidad para los productores.