Ruta de senderismo en Salamanca rodeada de acebos y castaños que encanta a los amantes de la naturaleza | FM Avenida

En el corazón de la provincia de Salamanca, en plena Sierra de las Quilamas, un sendero poco conocido invita a los amantes de la naturaleza a descubrir un bosque mágico donde los castaños centenarios se mezclan con acebos y cerezos silvestres.Esta ruta circular de siete kilómetros ofrece un paseo relajante rodeado de colores y aromas que cambian con las estaciones. Es ideal para desconectar de la vida urbana y conectar con un paisaje lleno de historia y vida.Además de sus árboles emblemáticos, el recorrido atraviesa antiguos hornos de cal, vestigios de un oficio que dejó huella en la zona. Esta combinación de naturaleza y patrimonio cultural histórico hace que la experiencia sea mucho más placentera que una simple caminata.Para aprovechar al máximo la belleza del lugar, la mejor época para visitarlo es durante el otoño y la primavera, cuando los castaños regalan sus frutos y los acebos lucen su particular colorido. Pero no importa cuándo vayas: el bosque mantiene un encanto especial durante todo el año gracias a su clima fresco y su vegetación frondosa.El punto de partida de esta ruta mágica y encantadora está en Linares de Riofrío, en la comarca de La Calería. Desde allí, el sendero avanza entre antiguos huertos de fresas, un cultivo que fue tradicional en la región y todavía se puede ver en las áreas cercanas.La ruta pasa por las ruinas de una fábrica de cal que data de mediados del siglo XX, donde las rocas calizas se cocían para obtener cal morena, un material que se usaba en la construcción y la agricultura local. Estos hornos, además de estar llenos historia, aportan un tono particular al paisaje.Más adelante, el camino conduce hacia el corazón del bosque de castaños, donde se encuentran ejemplares con más de 300 años y que producen madera muy valorada por su flexibilidad. También conviven robles rebollos, acebos, avellanos, almendros y helechos, creando un ecosistema rico y diverso para explorar.La ruta de senderismo ofrece un espectáculo cambiante según la estación. En otoño, los tonos rojizos y ocres dominan el paisaje mientras los castaños entregan sus frutos, y los acebos destacan con su verde intenso y sus frutos rojos. En primavera, el bosque se llena de flores y renovado verde.A lo largo del camino, varias fuentes naturales como la de los Quintos y la del Chapatal invitan a detenerse y disfrutar del sonido del agua fresca que brota de la sierra, aportando un momento de calma y frescura.El recorrido termina en la entrada oficial del bosque, custodiada por leones de piedra, donde hay un área recreativa con mesas, parrillas y fuentes para pasar el día en plena naturaleza antes de regresar al pueblo, un regreso que tiene unos 3,2 kilómetros.Más allá de su riqueza natural, la zona está impregnada de historia, leyendas y rituales que la convierten en un lugar con mucha personalidad. En 1979, parte de una película emblemática española se rodó en estos bosques, mostrando su atmósfera única.Esta película es “El Nido”, que contó con la acutación de Hector Alterio, se estrenó en 1980, ganó cuatro premios ACE (mejor película, directo, actor, actriz y actriz de reparto), además de que fue nominada a los Premios Oscar como mejor película de habla no inglesa. Dejando de lado su historia fílmica, Linares de Riofrío ofrece además la posibilidad de cerrar el día con una propuesta gastronómica típica de la sierra salmantina. Platos como las patatas revolconas, las setas de temporada, el hornazo y otras recetas tradicionales dan sabor a la experiencia, junto con productos locales como las fresas, que alguna vez fueron protagonistas del cultivo en la región.